"Cuerpo en armonía" -Leyes naturales del movimiento-
Joaquín Benito Vallejo
Joaquín Benito Vallejo
presentación
movimiento orgánico – MOVIMIENTO NATURAL
movimiento orgánico – MOVIMIENTO NATURAL
Como
ya he apuntado, utilizo la denominación “Movimiento Orgánico” como sinónimo de “Movimiento Natural”, ambos términos los empleo independientemente. Podría empezar por
describirlo como el movimiento fluido,
armónico, libre y equilibrado. El movimiento
propio de un cuerpo sano, libre de tensiones e inhibiciones. La manifestación
de un cuerpo flexible, sensible y expresivo que actúa ajustándose a las leyes de
la naturaleza.
Sobre estas leyes hemos desarrollado
la metodología denominada MOVIMIENTO ORGÁNICO (MO) cuyo objetivo general es potenciar,
mantener y restablecer en el ser humano los factores naturales del movimiento.
Origen, Escuela y
derivaciones.
Las raíces del MO, se remontan a la renovación
cultural, artística y pedagógica que tuvo lugar en Alemania en los principios
del siglo XX y que desembocó en el arte expresionista.
Hasta
entonces, las únicas “gimnasias” conocidas eran las “militaristas” aquellas que
se utilizan en los cuarteles para domar al cuerpo y fortalecerlo según sus
objetivos. También se utilizaba una gimnasia similar en la iglesia y en la
escuela siempre con el objetivo de domesticar. Existía la concepción cartesiana
de que el cuerpo y el alma eran dos entidades separadas. Sin embargo, ahí está
su contradicción o su mentira hipócrita, utilizaban la gimnasia, además de
otros métodos, para domar al cuerpo en beneficio del alma, para salvar a ésta.
Pero, ¿Por qué si las consideran dos entidades distintas utilizan la represión
de una para liberar la otra? En realidad lo que hacían y se sigue haciendo es
domesticar lo corporal para de ese modo
domesticar también el espíritu.
Según
Langlade[1], los
inspiradores del MO no provenían del campo de la gimnasia, sino de los ámbitos de
la música el teatro, la danza y la pedagogía. Junto con una nueva concepción de
lo corporal como entidad “psicofísica” concebían al ser humano de una manera
más multidimensional conduciendo su formación hacia las artes. Los orígenes
pueden percibirse en Delsarte y Kallmeyer. Isadora Duncan aporta sus ideas
sobre la danza libre no sujeta a los parámetros clásicos y su inspiración en
los movimientos de la naturaleza. La Escuela de Rítmica de Emile Jaques Dalcroze, que no solo implantó el aprendizaje de la
música a través del movimiento, sino como una nueva forma de educación corporal,
es un cimiento indispensable. Discípulo de este aparece Rudolf
Bode considerado el creador de la nueva gimnasia, -creemos que también del
MO- que él denominó con las distintas acepciones de “gimnasia expresiva” o “gimnasia
rítmica” y que utilizaba a menudo la descripción de orgánicos para la
realización de sus ejercicios. Ligado a estos resalta el nombre de Rudolf V. Laban investigador del
movimiento, los grados del esfuerzo, los matices expresivos así como sus
concepciones sobre el espacio. Mary
Wigmann, fue discípula primero de Dalcroze y después de Laban destacando
como la primera dama de la danza expresionista. Hinrich Medau fue el discípulo de Bode, continuador de su obra y
enriquecedor de ella. Aún continúa su legado en el Instituto Medau-Schulz en Alemania. Continuadores y discípulos de
Medau son también Halkanen e Idla. Kurt Jooss
discípulo de Laban fue a su vez maestro de Pina
Bausch, así como de Susanne Linke
actual directora de la escuela de Jooss: Folkwang
Tanzstudio, impulsores todos ellos de la danza expresionista.
Por
otro lado, Gerda Alexander creadora de la Eutonía fue discípula de Dalcroze. Según mis investigaciones las
actuales corrientes de las Gimnasias Suaves y la Antigimnasia también proceden
de discípulos de discípulos de Bode y Medau. Cada uno de ellos ha desarrollado aspectos
concretos en su metodología, ninguno ha realizado un enfoque global, por lo que
quedan pocas huellas en ellos de los antiguos maestros.
Una
discípula de la Escuela Alemana: Inge
Bayertal fundó un Instituto de Gimnasia
Consciente en Montevideo. De ahí
salieron dos nombres conocidos: Itupe
Pau y Marta Schinca. La primera dio a conocer la Gimnasia Consciente en
Uruguay y Argentina, la segunda en España.
yo entré a formar parte de su escuela por las motivaciones que sobre
mí ejerció Mercedes Ridocci, discípula de M. Schinca. Ambas están dedicadas a
la enseñanza de la expresión del movimiento (Expresión Corporal), cuyos
cimientos son el MO.
A ellas debo el aprendizaje de los
cimientos del Movimiento Orgánico, base de mi propia investigación y desarrollo
profesional y personal.
Concepción del movimiento orgánico
Mi concepción del MO se fundamenta
en la unidad del cuerpo y del ser
conformada por la herencia biológica, el psiquismo y la sociedad -unidad bio-psico-social-. Esto significa
que, hay que tener en cuenta cada uno de los tres aspectos en la práctica
pedagógica y que la acción de cada uno de ellos influye
y es condicionada a su vez por los otros.
En el aspecto físico, el movimiento
determina la conformación y mantenimiento
óptimo de la estructura corporal: huesos, músculos y articulaciones, así
como la activación del conjunto de las
funciones: digestión, respiración, circulación,
metabolismo, etc.; Psíquicamente supone un estímulo permanente para las
capacidades sensoriales y mentales: organización, coordinación, memoria, etc.;
En el marco social proporciona la calidad de las relaciones con el entorno y
las personas.
La
concepción biopsicosocial implica que el cuerpo no sea considerado únicamente
como instrumento mecánico de fuerza, sino, sobre todo, como medio productor de
sensaciones, de las que se alimenta y vive nuestra mente; como medio para
expresar nuestras emociones y sentimientos; como medio para comunicarnos con
los demás.
La idea de unidad permanece por
supuesto, dentro del marco
exclusivamente físico -unidad anatómico
fisiológica-. La anatomía define la forma y la estructura corporal,
mientras que la fisiología nos enseña su funcionamiento. Dentro de la
estructura, cada elemento dispone de una
localización y función concreta, manteniendo una cierta independencia pero
trabajando coordinadamente con los demás por un objetivo común. Tanto la
ubicación como la función de cada elemento dependen de la del resto, de manera que si un elemento sufre
una distorsión, ésta se refleja en el conjunto de la estructura y sus funciones.
Por ello, la armonía y el equilibrio
del movimiento no pueden verificarse en una zona aislada del cuerpo, sino en su
conjunto. Como la unidad física depende de la unidad psico-social, tampoco es posible equilibrar el cuerpo
independientemente de la mente.
El movimiento
desestructurado acarrea la desestructuración del cuerpo. -de su unidad
anatómica y fisiológica-, y se relaciona también con una desestructuración
mental, puesto que tanto la mente como el cuerpo se organizan en relación con
el movimiento
Objetivos,
aplicaciones y beneficiarios.
El objetivo general del MO es
potenciar los factores básicos necesarios para que el movimiento se desenvuelva
de forma óptima, rigiéndose por leyes naturales. Es un proceso consistente en armonizar y equilibrar el movimiento
que alcanza al cuerpo y a la mente. Este objetivo exige una serie de pasos
previos y paralelos sin los cuales no puede lograrse.
Conlleva
principalmente: (1) aprender a utilizar
y modular la tensión muscular,
la energía con la que se realiza el
movimiento; lo cual no puede realizarse sin (2) aprender a sentir los grados de tensión, el recorrido del
movimiento y las acciones musculares y articulares. Es este un proceso
consistente en despertar y educar la
sensibilidad corporal, la percepción y la consciencia; Este aspecto se
asienta a su vez en (3) la capacidad de
concentración, atención, observación y discriminación mental; Armonizar el
movimiento significa también (4) ordenarlo y estructurarlo en el espacio y en el tiempo. Esta estructuración es
la base de la organización mental,
sobre la que se asienta todo el conocimiento, tanto del propio cuerpo como de
la realidad exterior. A través del movimiento, -esquema corporal-, descubrimos
y conocemos el propio cuerpo, aprendemos su control y su dominio, sus
posibilidades de acción y transformación del entorno, lo cual enriquece la noción del yo, -imagen
corporal-, la idea que tenemos de nosotros mismos, nuestra autoestima personal y
la comunicación con los demás.
El
MO parte de la vivencia profunda del propio cuerpo, del propio ser, desde la
cual se irá elaborando la transformación corporal -física-, incorporando los
movimientos y posturas correctas, fuente de salud y bienestar y también la
transformación del propio ser respecto a la relación consigo mismo y la
relación con los demás.
Así
pues, la armonización natural del movimiento propuesta por nuestra
metodología engloba una serie de
objetivos que conducen a un crecimiento y transformación personal. Es un
proceso que ha de llevar a cabo la propia persona, afinándose y sensibilizándose
a sí misma. El MO no conduce a los alumnos a imitar al maestro, no utiliza
esquemas de movimiento prefijados y repetitivos, sino pautas y sugerencias para
desarrollar la propia investigación, la sensibilidad y la creatividad. En este
sentido, las leyes naturales del
movimiento son como las notas musicales con las que se pueden componer
infinidad de melodías de movimiento siempre distintas. La creatividad es el
mayor estímulo para la mente.
Nuestro
método combina la tranquilidad más íntima y concentrada con el movimiento más
expansivo y rítmico, la fortaleza con la sensibilidad y la delicadeza tónica,
la introspección personal con la comunicación interpersonal.
Veamos
de modo más concreto qué aplicaciones tiene el MO a los problemas diarios.
Actualmente, una serie de malestares
englobados de manera general como “dolores de espalda”: lumbagos, ciáticas, hernias discales, dolores de cuello, nuca o
cabeza, artrosis, tensiones, fatiga, etc., constituyen una de las plagas de nuestro siglo, por
el gran absentismo laboral que producen y los enormes gastos sociales que
conllevan en medicación y tratamientos de todo tipo.
Todas estas dolencias anquilosan y
envejecen huesos, músculos y
articulaciones, además de incidir negativamente sobre las diferentes funciones
corporales, produciendo también en el nivel psíquico, desánimo y depresión.
Estos problemas son provocados
fundamentalmente por los movimientos y las posturas incorrectos, pobres,
restringidos, repetitivos y mecánicos, que nos insensibilizan y degradan
convirtiéndonos en máquinas, dejando de
transmitir sensaciones al cerebro, lo que constituye a su vez la raíz del
envejecimiento cerebral. En la mecanización radica además la mayor dificultad
para poder volver a recuperar lo que consideramos “natural” dentro del
movimiento.
Este cuadro de dolencias aparece de
modo notable dentro del marco laboral y del proceso de trabajo, en la actividad
cotidiana o en la práctica de algún deporte, pero puede tener sus raíces en el
pasado, ser producto de la forma de vida, de la cultura y la educación, sin
olvidar el carácter de la persona, su forma de ser y de afrontar los
acontecimientos, sus preocupaciones y problemas emocionales. Todas las
perturbaciones de carácter psicosocial actúan sobre la estructura corporal como
una pesada carga material. Implican una acumulación de tensión dentro del
organismo que lo desgastan sobremanera e impiden su funcionamiento natural.
Los movimientos y posturas
inadecuados provocan una desestructuración general de la tensión muscular con
el respectivo desacoplamiento de las piezas óseo-musculares y la distorsión de
las funciones que cada zona en particular debe desempeñar respecto al conjunto
del cuerpo. La solución a los problemas, dolencias y malestares que ésta
perturbación provoca solamente puede alcanzarse poniendo en orden cada pieza de
la estructura corporal, regulando la tensión mediante la realización adecuada
del movimiento y corrigiendo las malas
posturas.
La educación y la cultura son el
origen a menudo, de la mecanización,
rigidez e insensibilización corporal y
de la correspondiente desestructuración
mental, lo que puede manifestarse por una
personalidad inhibida, sujeta a moldes y estereotipos de comportamiento; una
imagen corporal pobre, un desconocimiento del propio cuerpo y una
desorganización del movimiento.
El exceso de tensión muscular, es un
aspecto bastante generalizado, que produce siempre rigidez y bloqueo del
movimiento acompañado de fatiga y estrés. El objetivo en este caso es trabajar
la relajación, la regulación y el
afinamiento de la tensión.
Pero
también puede darse una falta de tono y
vitalidad que necesita una activación y estimulación mayor.
En alguna medida, cualquiera que sea
la causa de distorsión del movimiento, se relaciona con problemas físicos,
psíquicos y relacionales. Alguno de estos son la inhibición, inseguridad, torpeza o
incomunicación. Todos los casos entran dentro del campo terapéutico del MO.
¿Qué personas y colectivos pueden
beneficiarse con la práctica del MO?
Sin
ninguna duda, todos. Hemos de ser conscientes de que la práctica periódica
de una metodología corporal correcta, es
tan necesaria como la alimentación o el sueño, para el mantenimiento integral
-psicofísico- de las personas.
Antes de que surjan achaques hay que
prevenirlos. No hay que esperar a ser mayor, a que el médico lo recomiende, a
tener un problema de espalda o a estar agobiado. Entonces, el problema será más
difícil de solucionar.
El conjunto de nuestra anatomía se
mantendrá en un estado óptimo, si realiza el movimiento adecuado en cuanto a
calidad y cantidad a lo largo de toda nuestra vida. Sin embargo, la realidad
cotidiana puede convertirse en una rutina, en la que todo se reduce a repetir
un número escaso de gestos y movimientos,
de manera que funcionamos más como máquinas que como seres humanos. La
reducción y pobreza del movimiento merma la movilidad y la expresividad. En
esas circunstancias mantener el equilibrio corporal, y -mental-, casi es
imposible. El efecto del desequilibrio se irá notando en el conjunto del cuerpo
como una deformación lenta que achacaremos después a la vejez. El cuerpo y la
mente se deforman y degradan más por la inactividad y el mal uso, que por el
paso del tiempo. Cuerpo y mente necesitan un estímulo y cuidado diario para no
perder sus capacidades.
La
actividad profesional puede llegar a ejercer el mayor desequilibrio en este
sentido. Gran parte de las profesiones que desempeñamos no son creativas y nos
resultan insatisfactorias. Nos mantienen la mayor parte del día haciendo el
mismo movimiento en la misma postura. Muchos de estos movimientos, incluso
pueden ser embrutecedores. Aunque no sean excesivamente duros acaban dañándonos.
Tanto en la actividad laboral como en la cotidiana, siempre hay unas partes del
cuerpo que trabajan más que otras y a la larga producen una desestructuración
corporal con la manifestación de dolencias, tensiones y fatigas. Toda profesión
genera su deformación característica, su enfermedad y su manera de envejecer.
Pero hay profesiones con más riesgos que otras: aquellas en que se mantiene
siempre la misma postura, en las que se
realizan movimientos repetitivos
y/o asimétricos, en las que se trasladan
o levantan pesos.
Hay
algunas ocupaciones que sin desarrollar un trabajo físico notable, someten a la
persona a una gran carga emocional, de preocupación o competitividad,
actuando ésta como una carga física real
que el cuerpo ha de arrastrar permanentemente sin permitirle momentos de
distensión.
Profesiones como la de músicos,
artistas plásticos, artesanos, escritores, etc., aún siendo creativas y
satisfactorias, se desarrollan manteniendo la misma postura y realizando los
mismos movimientos, por lo que la estructura corporal acaba dañándose,
influyendo en el estado de ánimo y en la calidad de la obra.
Otra clase de profesiones se asienta de manera
especial en el trabajo corporal: actores, bailarines, modelos, etc. Estos
necesitan de una manera más destacada ser más sensibles, expresivos y
comunicativos e impedir que su cuerpo no se convierta en una máquina. También
esas cualidades hay que cultivarlas diariamente.
En cualquiera de estos casos
será beneficioso y quizá muy necesario,
practicar periódicamente MO. con diferentes objetivos: prevenir el desequilibrio corporal cuando aún no se haya dado y evitar sus dañinas consecuencias; restablecer el equilibrio, eliminando
los malestares cuando estos hayan hecho ya su aparición; aprender a controlar
los estados de tensión, ya sean de origen físico o psíquico, relajándose adecuadamente y evitar así
sus consecuencias orgánicas. En definitiva, para prevenir, equilibrar, relajar,
y sensibilizar el conjunto de cuerpo y mente.
Prácticas pedagógicas.
Trabajamos con esta metodología
desde 1986 con grupos de personas que abarcan desde la adolescencia a la vejez.
Antes habíamos trabajado con niños en el marco de la psicomotricidad.
Tanto los objetivos como el enfoque
del MO. varían según las necesidades y características de nuestros alumnos.
Con
los más jóvenes, el MO. constituye la parte esencial de preparación y
sensibilización para la Expresión Corporal.
Con otros grupos y personas
individuales, la práctica periódica se establece en torno a la amplia gama de
objetivos expuestos en las páginas anteriores, yendo desde problemas musculares
muy concretos, a la corrección de movimientos y posturas, la relajación, el
crecimiento personal o el mantenimiento integral.
Mención especial y destacada suponen
los grupos de mayores con los que hemos compartido las clases todos estos años.
Son personas jubiladas, socios de los Centros de Día de la Comunidad Autónoma
de Madrid, -antes gestionados por el Imserso-, excepto uno perteneciente a
la Junta Municipal de Chamberí. En estos centros los jubilados asisten a
diversas actividades entre las que se encuentra la “gimnasia”, como se denomina
comúnmente a nuestras clases. Con estas personas hemos investigado y probado
ampliamente las posibilidades del MO. La explicación del trabajo desarrollado
con estos grupos de “tercera edad”, merece una exposición aparte, objetivo que
ya estamos llevando a cabo en otra obra.
Entre unos grupos y otros, jóvenes y
mayores, alrededor de 100 personas participan diariamente en las clases. Con
todos ellos hemos ido consolidando y perfeccionando nuestra metodología día a
día, convenciéndonos de que es un método rico, variado y completo, que al igual
que la psicomotricidad y la expresión corporal abarca en sus objetivos la
amplia gama de aspectos que conforman la unidad bio-psico-social del ser
humano, siempre presente en la práctica pedagógica
Objetivos del libro
Los contenidos de este libro se
limitan a exponer los principios
elementales del MO así como la forma de desarrollarlos en la práctica, dejando
aparte los enfoques específicos dirigidos a solucionar problemas posturales concretos comentados en
las páginas anteriores, lo que necesitaría otro libro. Solamente hacemos
referencia a los problemas más generales
cuando algunos aspectos tienen una relación muy directa. Sin embargo, las bases
orgánicas del movimiento, constituyen las leyes sobre las que se asienta el
objetivo terapéutico.
En primer lugar, mediante una breve
exposición teórica, realizada a grandes rasgos pero teniendo en cuenta la
complejidad del tema, queremos dar al movimiento la importancia que se merece:
ser el principal comportamiento, tanto en el nivel filogenético -la evolución de las especies-, como ontogenético -el desarrollo del ser
humano-. En ambos procesos, el movimiento fue el comportamiento más
determinante, la función que creó el órgano. En ambos casos, el movimiento creó
y sigue creando al cuerpo -y también a
la mente-.
Queremos desarrollar, en segundo
lugar, la conveniente exposición de las condiciones en que debe desarrollarse
el movimiento, -sus leyes naturales-, para que el movimiento se desarrolle
libre, armónico y equilibrado, posibilitando así la armonía y el equilibrio -la
salud-, de manera integral, en el cuerpo y en la mente.
En tercer lugar, expondremos la
forma práctica de desarrollar cada uno de los aspectos del MO. Damos la mayor
importancia a este capítulo. Para ello el lector deberá adoptar un papel más
activo y pasar de ser mero lector a practicante de MO.
No vamos a hablar aquí de anatomía, ni a
exponer mapas de músculos y huesos. Hay muchos tratados extraordinarios que ya
lo han hecho y en la bibliografía aparecen los que creemos más oportunos para
poder consultar si se desea. Pretendemos enseñar a sentir el movimiento, su
graduación, su recorrido, la transformación postural, la acción de cada músculo
y articulación... No puede comprenderse el movimiento sin ser practicado y
sentido. El movimiento es acción y sensación. Sólo de la propia experiencia, de
las propias sensaciones y acciones, nace la auténtica comprensión. No aprende
uno a sentir, ni a moverse, ni a vivir, leyéndolo en un libro. Sólo aprenderá
haciéndolo. El libro únicamente pretende servir de referencia para experimentar y posibilitar el
movimiento natural.
Entendemos este libro como un manual
básico para estudiantes, monitores, profesores, etc., de las diversas
disciplinas en que el movimiento se ve implicado, desde una óptica pedagógica,
deportiva, terapéutica o de ocio. Y para cualquier persona en general, como
formación de su ser. Como una guía de crecimiento personal desde la
adolescencia a la vejez, que active los aspectos físicos y psíquicos, que nos
ayude y motive a vivir mejor y ser más humanos, desde el propio cuerpo, génesis
del YO, de la personalidad y de la relación con el mundo y las personas,
reflejo y síntesis del universo, de la vida, de la naturaleza, de la historia,
de la ciencia, de la cultura y de las artes.
Para
que llegue al mayor número de personas, ha sido redactado de manera sencilla y
casi coloquial. Utilizando el mismo lenguaje con que impartimos las clases,
apoyándonos en explicaciones, imágenes y sugerencias que ayuden a comprender,
vivenciar, sentir y disfrutar las experiencias propuestas.
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