Péndulos de brazos
Joaquín Benito Vallejo
- Llamamos péndulos a los movimientos de balanceo. Los más característicos son los de los brazos. ( Por poner un símil, lo más parecido puede ser el movimiento del columpio, donde se da un impulso para la subida y la inercia en la caída) Pueden realizarse en diversas posiciones pero la más común, principal y clara es la posición erguida. Una vez realizados en esta posición pueden probarse otras.
- Acciones físicas. Los péndulos propician mucha
flexibilidad y soltura, así como amplitud, a la articulación, en el caso
de los brazos a la triple
articulación: hombro-omóplato-clavícula, matriz del movimiento de
los brazos. Y además relajan.
- Actitud de comienzo. Para empezar, hemos de procurar
dejar el brazo colgando relajado, suelto, similar a un cordón de algodón
prendido del hombro, sin tensiones. Como el brazo tiene además otras
articulaciones como el codo y la muñeca, el brazo no debe quedar estirado
como un palo, sino que sus articulaciones permiten que el movimiento
pendular se vea reflejado en ellas provocando ligeros pliegues y
extensiones.
- Planos. Los péndulos de brazos pueden
realizarse en los diversos planos del movimiento así como
en otras direcciones espaciales como diagonales visualizando los ángulos
del prisma –cubo de Laban-.
Plano sagital: adelante – atrás. Plano
frontal: hacia los lados. Plano
transversal: giros adelante atrás, izquierda derecha. En este último
caso los péndulos pueden hacerse sin que se mantengan colgando, sino
horizontales al suelo, pero la primera opción permite que se abra más la
articulación. El movimiento en los diferentes planos posibilita aumentar
el juego articular en todas sus posibilidades.
- Coordinaciones. Los balanceos podemos, -debemos-
hacerlos con ambos brazos, y con uno y
otro independientemente. Podemos llevar los 2 brazos iguales o en contra-movimiento,
es decir, un brazo en una dirección el otro en la contraria. En el plano
sagital sería: un brazo adelante, el otro atrás. En el frontal ambos hacia
afuera o hacia adentro. En el transversal sería similar al plano frontal
pero nunca de arriba abajo.
- Respiración. Generalmente, el movimiento
pendular de los brazos hace que la respiración se sincronice con
él. De modo natural, orgánico, en el plano sagital se inspira al lanzar
los brazos adelante arriba y se espira al caer e ir atrás. En otros planos
se puede inspirar al ir en una dirección y espirar en la otra.
- Organicidad. Los péndulos supone un juego
orgánico de tensiones y distensiones. La fase de tensión se produce en
el impulso, mientras la distensión en la inercia de la caída.
- Las repercusiones orgánicas –fluidez
de la energía- hacia otras partes del cuerpo, también están
claras. En los impulsos siempre se tiende hacia el enderezamiento de
columna –anteroversión pélvica-, mientras que en la caída se va
hacia el encorvamiento –retroversión pélvica-. Hacia
los apoyos con el suelo los pasajes pueden ir de talones a
dedos en el plano sagital; de un pie a otro en los planos frontal y
transversal. En cuanto a las rodillas pueden producirse
flexiones o extensiones y cargas de peso alternativas en una u otra según
los planos de movimiento.
- Direcciones. Los impulsos pueden
darse en una dirección o en otra. Lo natural es lanzar en la dirección más
orgánica, que es por donde solemos empezar siempre, pero después puede
hacerse en otra. En el plano sagital, el impulso natural es adelante
arriba. Pero una vez vivenciado esto podemos dar los impulsos hacia atrás. Este modo desarrolla más la fuerza de la
zona dorsal, omóplatos, romboides. Dentro del juego agonismo - antagonismo muscular abre y estira más los pectorales. En el
plano frontal el comienzo natural es dar el impulso hacia el lado
contrario con la apertura del omóplato, sin embargo, al trabajar con un
brazo solo y también con ambos en contra-movimiento, podemos dar los impulsos hacia afuera, provocando
también la fuerza dorsal y el estiramiento pectoral.
- Ritmo. Los péndulos se someten también
a un ritmo orgánico. Son en principio el ritmo natural del
balanceo, del columpio o del acunamiento,
de 2, 3 o 4 tiempos.
PREPARACIÓN
1) Posición erguida – observación
de la verticalidad del cuerpo – piernas paralelas, pies a la misma distancia
entre sí que las articulaciones de las caderas, es decir las ingles - apoyos
con el suelo – repartición del peso – rodillas ligeramente flojas como muelles
-pelvis “tendiendo” a la neutralidad, sin demasiada inclinación – cuello
estirado, barbilla a cuatro dedos del pecho – brazos colgando sueltos…
2) Sentir cómo se distribuye
el peso del cuerpo a lo largo y ancho de los pies.
3) Traslados de peso,
(adelante – atrás); manteniendo el cuerpo como una línea recta que se inclina
sin doblarse por la cintura ni por el cuello.
4) Aflojamiento de
rodillas-muelles, (subidas y bajadas suaves / manteniendo la pelvis neutra,
recta, sin hundirse las lumbares.
5) Levantar un brazo para
sentir su peso, e intentar soltarlo desde arriba sin resistencias, soltando, dejándolo
caer, relajando, percibiendo sus sacudidas y
temblores orgánicos.
6) Después de varias veces, observaremos
las diferencias con el otro brazo. Primera toma de conciencia de las
diferencias y de los efectos del movimiento: apertura de la articulación, activación sanguínea, relajación muscular,
mejora de la imagen corporal, presencia…
7) Sacudir tobillos.
8) Como descarga mayor de las tensiones haremos ligeros rebotes de rodillas, y dejando que los
rebotes se transmitan a hombros – brazos.
PÉNDULOS DE BRAZOS.
1) Comencemos dejando el cuerpo relajado en la posición erguida…
2) Observemos especialmente los brazos colgando sueltos desde la
articulación, como cordones del algodón prendidos…
3) Comenzamos a realizar un ligero balanceo. / Que los brazos vayan
de adelante atrás sueltos y relajados ambos igual…
4) Observamos que damos un pequeño impulso siempre igual hacia
adelante arriba. La caída se produce por inercia sin que nosotros queramos…
5) Vamos aumentando un poco la fuerza del impulso hasta que los
brazos lleguen a la altura de la cabeza.
6) Retengamos un momento los brazos arriba…
7) Soltamos la fuerza comprobando que los brazos caen sueltos
balanceándose libremente a los lados del cuerpo de adelante atrás, durante
varias veces hasta que ellos solos se vayan parando…
8) Demos de nuevo el impulso. Retengamos arriba durante unos
segundos…. Dejémosles caer… (integración consciente de la fase de distensión pasiva)
9) (Observemos: una cosa es dejar caer – no hacer ninguna fuerza /
otra bien distinta es tirar – hacer otra fuerza distinta, incluso mayor…) Conciencia del impulso y de la inercia.
10) ¿los brazos caen libremente, balanceándose, sacudiéndose
ligeramente sus articulaciones…?
11) Sigamos con los impulsos llevando los brazos por encima de la
cabeza hacia la vertical. Dejémosles caer observando que llegan atrás donde hay
un tope sobre el que rebotan, momento que utilizamos para volverlos a impulsar
de nuevo.
12) Observamos el ritmo natural, orgánico, de los brazos en sus
impulsos y caído similar al columpio…
13) Observamos nuestra respiración cómo se acopla al movimiento de
modo natural también… (El mantenimiento del ritmo y de la respiración
sincronizada no cansa)
14) Dejemos que cuando los brazos se caen, las rodillas se aflojen
también como hacíamos en el punto 4 de la preparación anterior. Al impulsar los
brazos arriba las rodillas se estiran. Al caer se doblan.
15) Sincronicemos el rebote de las rodillas con los impulsos de los
brazos… Coordinación en sincronía
orgánica de brazos y piernas en el movimiento.
16) Sigamos observando: en la subida, la pelvis se inclina ligeramente
hacia adelante / anteroversión / –las lumbares se hunden o arquean-. Mientras
que en la caída la pelvis se inclina ligeramente hacia atrás / retroversión /
-las lumbares se ensanchan-, pero no excesivamente.
17) Si estamos trabajando en grupo, estableceremos un ritmo grupal. Toma de conciencia como grupo.
18) Siguiendo con el ritmo, al caer los brazos, vamos a dejar que se
balanceen abajo tres veces y a la cuarta los lanzamos a la vertical. Con
ello establecemos una medida, - estructura o compás- de 4 tiempos.
19) Cuando queramos podemos volver al ritmo del principio, o
combinar.
20) En las caídas las manos pueden ir llegando más abajo hasta
llegar al suelo. Desde ahí el impulso ha de ser mayor para llegar a la
vertical. Pero es importante ahora que el impulso se dé desde la pelvis por
retroversión –no hundir las lumbares en el impulso- y por el empuje de los pies
contra el suelo y el rebote de rodillas.
21) Vayamos aflojando después tomándonos un descanso.
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