ARTICULACIONES
Joaquín Benito Vallejo
(…son erróneos los supuestos referentes
a la separación de huesos, músculos, discos cartilaginosos, ligamentos,
etc.
El
cuerpo tiene una integridad orgánica intrínseca.
En
la matriz del embrión el desarrollo del cartílago y el hueso se disponen juntos.
–
La integración de las estructuras
del cuerpo humano.
– I.P. Rolf – Ed. Urano)
Las articulaciones son las zonas de unión entre 2 o más huesos.
Articulación es lo que articula, moviliza, fija, une, separa…
Vemos que hay conceptos contrarios, fija y une pero también separa. Es fija
pero a la vez es móvil. En ese aparente antagonismo está la riqueza. La forma
de unión y de fijación ha de permitir a la vez la movilidad. Si está muy fija
impide la libertad de movimientos. Si está demasiado suelta también.
La articulación ha de permitir el movimiento más amplio y alejado del
cuerpo así como el movimiento más pequeño fino y delicado próximo y en el cuerpo.
¿Qué articula, une y separa? Huesos. ¿Cómo los articula, une y separa? Por
una especie de telas, hilos o cuerdas, que a la vez unen, pero permitiendo la
movilidad y separación. Se llaman ligamentos, por que ligan o unen.
Cada articulación une dos o más huesos. Por ejemplo el hueso del brazo –húmero- con los del antebrazo –cúbito y radio-. Esta es la articulación
del codo.
Los segmentos son las zonas que se encuentran entre 2 articulaciones formados por uno o
más huesos. Ejemplo: el brazo, tramo entre la articulación del hombro y el codo
es un segmento. Antebrazo, entre la articulación del codo y la muñeca es otro
segmento.
Los huesos se unen mediante ligamentos, -la
misma palabra una vez más lo define: ligar, unir-, unos más finos como cordones
o hilos y otros más anchos como bandas de tela. Una articulación moviliza
fundamentalmente el segmento o segmentos siguientes –hacia la periferia del cuerpo. (Ejemplo: la muñeca, moviliza la mano; el codo
moviliza el antebrazo; el hombro moviliza el brazo.)
En realidad, las articulaciones son la vida del movimiento, sin ellas no
existiría. El cuerpo sería un bloque rígido.
Todo el cuerpo está lleno de articulaciones. Allí donde un elemento se mueve hay una articulación. La articulación facilita esa movilización. Todas
las vértebras de la columna son móviles porque son articulaciones, cada
vértebra está separada y unida a la siguiente. La pelvis está formada por una
serie de huesos unidos, articulados. El tórax encuadrado entre el esternón y
las vértebras dorsales por costillas, también goza de cierta movilidad. Las
vértebras tienen múltiple movilidad, adelante, atrás, a cada lado, girando. Las
costillas a su vez se juntan o se separan en los planos en los que se mueven
las vértebras.
Hay articulaciones esféricas,
caracterizadas porque el hueso acabado en redondo se encaja en un hueco cóncavo
adaptado a su grosor. Ejemplos de este tipo de articulación son las más grandes
del cuerpo humano: caderas (encaje del fémur en la pelvis) y hombros. (unión del húmero con el omóplato y la clavícula) El segmento móvil tiene la máxima
amplitud de movimiento: adelante, atrás, hacia cada lado, en redondo,
girando en todos los planos del
movimiento. Flexiones, extensiones, rotaciones, aducciones, abducciones.
Las otras articulaciones son en
bisagra, cuyo movimiento se reduce prácticamente a abrir y cerrar, flexionar
o extender. Ejemplos típicos de esto son las rodillas y los codos aunque estos
últimos pueden hacer giros.
Los movimientos básicos de una articulación son flexión –cuando
el segmento movilizado se acerca al cuerpo- y, extensión –cuando el segmento se aleja
del cuerpo-. Pueden darse también unos pequeños movimientos hacia cada lado, aducción –hacia adentro-, y abducción –hacia afuera-. Estos cuatro
movimientos combinados pueden realizar un giro circular total. Los movimientos de giro se describen también como rotaciones, hacia adentro: rotación interna, hacia afuera, rotación externa.
Hay que desarrollar la máxima
amplitud de movimiento en cada articulación, -con los movimientos descritos
anteriormente-, con lo cual, a su vez se está desarrollando la fuerza y la flexibilidad, la máxima
capacidad de contracción y la máxima
capacidad de extensión. Lo cual a su vez conlleva el equilibrio de la articulación, del
segmento y del cuerpo en su globalidad
Hay que aclarar que cuando hablamos de articulaciones, aunque éstas sean
zonas específicas del cuerpo, las articulaciones forman parte de la unidad
corporal sin la cual no serían nada. Si fijamos la articulación en un punto, el
movimiento del segmento correspondiente puede ser independiente de los demás. Es decir, puede moverse sin que los
demás se muevan. Pero también, podemos permitir que el movimiento de una
articulación se transmita a otros segmentos y articulaciones dejando fluir
o pasar la energía y el movimiento hacia ellas.
El cuerpo es una unidad, es una
estructura, es un sistema, donde cada una de las partes tiene su
importancia y su papel, donde las partes influyen en el todo y el todo en las
partes. Las partes son a la vez sistemas más simples, subsistemas, -no hablo
aquí específicamente de las articulaciones sino de los órganos del cuerpo y de sus funciones:
respiración, circulación, etc.-. Estructura
y función forman una unidad, dependen una de la otra. La estructura
posibilita la función, pero la función conforma la estructura. Algunas de estas partes o subsistemas son
vitales para la unidad total, otras no. Un sistema es además un conjunto
interrelacionado de subsistemas, de órganos, de funciones con influencias
múltiples de unos con otros.
Cuando nacemos disponemos ya de una forma –estructura-, y
de sus correspondientes funciones diseñadas filogenéticamente a lo largo de la
evolución de las especies. Tanto estructura como función son sin embargo meros
esbozos básicos para poder funcionar y conformarse. Y es la función al ponerse
en marcha la que configura la estructura. El movimiento es la principal función
vital de un organismo, el cual, al actuar, activa todas las demás funciones con
sus consiguientes estructuras. Es el movimiento el que va a diseñar
definitivamente las articulaciones del cuerpo.
Depende de cómo y cuánto, de la calidad
y de la cantidad, con que se haga ese movimiento, así se formará la
articulación. Y depende de cómo haya quedado configurada la articulación, así
se podrá desenvolver el movimiento.
Así
por ejemplo, si realizamos movimientos poco amplios, la articulación quedará
impedida para poder realizar grandes movimientos; si desarrollamos más un tipo
de movimiento que otro, la articulación se quedará desequilibrada; si
desarrollamos más la extensión, los ligamentos y músculos correspondientes
tenderán a ser flexibles y lasos y carecerán de fuerza. Si por el contrario se
estimula más la flexión, músculos y ligamentos quedarán más acortados,
contraídos, con poca flexibilidad.
Tanto músculos como ligamentos han de desarrollar su máxima capacidad de
contracción como de extensión para mantenerse equilibrados.
Cada profesión o afición genera su modo de
moverse, y por consiguiente su equilibrio o desequilibrio corporal.
Por otra parte hay que destacar que el juego en una articulación influye en
el juego del resto de las articulaciones del cuerpo humano. Luego no es una
zona generalmente la desequilibrada sino todo el conjunto.
En las técnicas corporales en general suelen trabajarse fundamentalmente
los músculos y las articulaciones grandes pasando casi desapercibidas las
articulaciones pequeñas como tobillos y muñecas. Y por otra parte suelen
hacerse movimientos repetitivos, rutinarios, que favorecen más la contracción
que la extensión. Y en la vida cotidiana y en la profesión ocurre otro tanto de
lo mismo.
En el módulo “Articulaciones” de la formación en “Técnicas corporales
aplicadas…”, centramos este trabajo fundamentalmente en las articulaciones más finas -sin olvidar tampoco las grandes- del
cuerpo humano, aquellas que están en los extremos, en la periferia: muñecas y
tobillos, y con ellas sus segmentos correspondientes: manos – dedos, por un
lado, y pies por el otro. Nuestro trabajo pasará por diversas fases: sensorial,
física, cognitiva, creativa, relacional.
Partimos (1º) de una sensibilización general consistente en “sentir” la piel, los huesos, formas y
volúmenes, consistencias, el movimiento articular, etc. (2º) en distender,
relajar, estiramientos, movilizaciones amplias y completas, en aumentar el
juego entre flexión – extensión, lo que implica fuerza y flexibilidad, independizaciones
y coordinaciones y segundo, desarrollar ese trabajo hacia la propia
investigación, dando paso a la creatividad, realizando formas o figuras,
simétricas y asimétricas, en sí mismo, en espejo y por parejas. Posteriormente
desarrollamos las interrelaciones
entre las articulaciones de los brazos partiendo del juego de la muñeca y o del
omóplato. Llevando después estos movimientos, a nivel más creativo, hacia otras
direcciones del espacio y en relación con los demás.
No nos olvidamos de las articulaciones de hombros y caderas, desarrollando
todos los posibles movimientos y tampoco de la pelvis, así como sus
coordinaciones y pasajes del movimiento.
Queremos destacar la importancia de las manos como la zona más sensible del
cuerpo, la que más información aporta al cerebro, la de mayor capacidad de
movimiento, de precisión, de fineza, de tacto, nuestras herramientas más
precisas. A nivel evolutivo, la mano hizo al hombre –desarrolló el cerebro-.
Pero para que las manos hayan podido especializarse en esa fina motricidad,
antes, el ser humano ha tenido que conseguir la posición erguida, una lucha ardua
para vencer y adaptarse a la ley de la gravedad, con el enderezamiento de la
columna y la plena adaptación de los apoyos plantares al suelo.
En segundo lugar, el trabajo se centrará en las articulaciones de los pies,
tobillos, dedos, siguiendo un proceso similar al desarrollado con las manos. 1º
mostrar los movimientos del tobillo: flexión, extensión, giros y círculos en la
posición sentada. Movilizaciones por parejas – Masajes, masajes con objetos.
Después trabajarlos en la posición erguida, -traslados de peso, caminando,
jugando y bailando-.
Destacamos también la importancia de los pies, como nuestro apoyo en la
tierra, como seguridad, como equilibrio, como enraizamiento, como arraigo, como
los cimientos del ser humano. Si los apoyos no son precisos, el edificio humano
falla. Además hay que tener en cuenta que el edificio humano es móvil, se puede
desplazar de un lugar a otro. Quien posibilita que se pueda desplazar es la
flexibilidad del tobillo. Los pies además de enraizarse han de ser elásticos, como
muelles fuertes.
Al hablar de la articulación del hombro, es cierto que estamos hablando de
una zona muy concreta, pero esa zona concretísima no es nada sino tenemos en
cuenta al torax, por ejemplo, donde realmente se ubica, y parte del torax
forma parte de la columna, y por
su parte, la columna se puede ver como la prolongación de la pelvis, y aquí se engarzan las piernas,
concluyendo en los pies, a través de los cuales mantenemos el contacto con la
tierra.
Una articulación moviliza fundamentalmente la/s zonas o segmentos que desde
ella van hacia la periferia del cuerpo. Así pues la articulación del hombro
moviliza el brazo en dirección a la mano,
-brazo, codo, antebrazo, muñeca, mano-. Realmente esa articulación es la
raíz del brazo. De ella depende toda la armonía del movimiento de los brazos.
La articulación del hombro es triple. Unión de tres huesos clave. O más. Omóplato, húmero, clavícula, esternón… Ligamentos que los unen, tendones,
músculos que las recubren…, y posibilidad de múltiples movimientos.
Movimientos de adelante – atrás;
antepulsion, retropulsión / plano sagital /, – rotación interna , rotación
externa; apertura – cierre, -abducción – aducción, / plano frontal / - rotación
interna, rotación externa; plano transversal – rotaciones – giros
-adelante-atrás-izquierda-derecha; En todos los planos si se realiza el
movimiento completo se convierte en giro circular, donde se combina la
apertura, el cierre, la rotación interna, la rotación externa.
Si queremos independizar estos
movimientos –que debemos hacerlo-, hemos de fijar las zonas limítrofes al
segmento en cuestión sobre todo, no dejando que se muevan las zonas colindantes
ni que se ven influidas, lo cual nos va a llevar a aprender un cierto control y
dominio corporal de cada zona, que requiere un proceso de trabajo y de
conciencia.
Por el contrario, si queremos que el movimiento fluya hacia otras zonas del
cuerpo de manera libre, sin fijarlas ni inhibirlas, requiere la capacidad de fluidez, permitir que el movimiento se
transmita –pasaje de energía- de
modo natural hacia otras zonas. Lo cual requiere más capacidad aún que la de
inhibición, sino, la capacidad de soltura, de desatascar zonas demasiado tensas
que impiden la fluidez, de permitir que todas las zonas estén unidas pero a la
vez sueltas, no cementadas, no rígidas.
Las articulaciones han de tener esa doble, complementaria y antagónica
función: estar unidas y sueltas, fijas pero no rígidas, descontroladas o
salidas de su juego articular. Lo cual requiere a la vez un equilibrio entre
fuerza y flexibilidad, entre músculos agonistas y antagonistas
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