EL MOVIMIENTO ORGÁNICO:
BASE DE LA SALUD Y EL
EQUILIBRIO CORPORAL
Mercedes Ridocci
/ Joaquín Benito Vallejo
El Movimiento Orgánico es aquel que se
desenvuelve según las leyes naturales. Es por tanto, el movimiento correcto, sano, fluido, armónico y equilibrado, base a
su vez, para que la estructura corporal ‑ huesos, músculos, articulaciones, así
como el conjunto de las funciones orgánicas ‑ digestión, circulación,
respiración se mantengan en un grado
óptimo de salud.
Es bien sabido que el movimiento -
el "ejercicio" como suele decirse -, es la mejor receta para prevenir
y aliviar casi, la mayoría de las enfermedades de nuestra época, producidas por
los excesos de comida, de azucares y de grasas, trastornos cardiovasculares,
problemas óseos como osteoporosis, cifosis o lumbalgias, el estrés, los
disturbios emocionales, etc., etc., etc.
Sin embargo, aunque siempre se
recomienda hacer ejercicio, ni se tiene la suficiente consciencia de su
necesidad, ni se crean las posibilidades para llevarlo a cabo, ni el ejercicio
que se hace es el correcto.
Subrayemos primero que el movimiento
o el ejercicio, es más necesario aún que la alimentación o el sueño para mantener
la salud integral diaria.
Subrayemos después que el movimiento para que sea una actividad beneficiosa,
debe ser bien hecho, desarrollándose según las leyes naturales. En caso
contrario, o estamos acarreando un perjuicio mayor o no sacamos el beneficio
suficiente. Por ejemplo: la gran mayoría de los problemas de la columna
vertebral (lumbagos, ciáticas, hernias discales, etc.) están provocados por las
malas posturas o los movimientos incorrectos que mantenemos en las actividades
cotidianas pero también son provocados por la práctica de determinados
deportes, gimnasias o técnicas corporales inadecuadas.
A otro nivel, el movimiento bien
hecho es un estímulo "positivo" para la mente, activa las neuronas, estructura el
pensamiento y enriquece la imagen de uno mismo y la autoestima, mientras que
los movimientos rutinarios, repetitivos y mecánicos realizados cotidianamente,
así como los propuestos por las gimnasias habituales, robotizan e
insensíbilizan a la persona.
La actividad cotidiana en nuestra
sociedad se caracteriza por no realizar la cantidad de movimiento necesario
para que el cuerpo se mantenga equilibrado en cuanto a peso, azúcar,
colesterol, etc., ni para activar suficientemente el conjunto de las funciones
corporales ni mentales.
Por otra parte, se haga o no el
suficiente ejercicio, el movimiento cae en la rutina. Se hacen siempre los
mismos movimientos y se mantienen las mismas posturas durante largos periodos
de tiempo. Este hecho, poco a poco llega a producir un desequilibrio de toda la
estructura corporal, que se manifestará más concretamente en algunas zonas,
como dolencias o fatiga.
Este tipo de movimientos y posturas,
- rutinarios, repetitivos y mecánicos - de la vida cotidiana y laboral provocan
una tensión excesiva en zonas corporales, grupos musculares y articulaciones,
mientras que dejan completamente inactivas otras partes del cuerpo; Unos músculos
quedan demasiado contraídos, mientras que otros demasiado pasivos; Unas
articulaciones comprimidas predispuestas a la artrosis y otras lasas propicias
al esguince; Un desequilibrio de la estructura corporal y de la energía o de
la tensión. Estas consecuencias son generadoras de dificultades motrices,
tensiones, estrés, desgaste prematuro.
La excesiva tirantez o
agarrotamiento muscular pueden llegar a provocar la desviación de huesos o
vértebras. El hundimiento, por ejemplo, de una vértebra lumbar puede pinzar un
nervio produciendo ese agudo dolor conocido como ciática, o en otros casos más
benignos el dolor se traduce solo en un lumbago. En cualquiera de estos sucesos, el
desequilibrio muscular ha producido la inclinación de la pelvis hacia adelante,
lo cual conlleva, además de los daños enunciados antes, el mal funcionamiento
de los órganos contenidos en ella, fundamentalmente del aparato digestivo. En
otros casos, el desequilibrio atañe más al tórax a consecuencia de una cifosis,
dificultando el funcionamiento de corazón y pulmones.
Estos malestares físicos acarrean
otros a nivel psíquico como desgana, preocupación, amargura, depresión ...
Por otra parte, los movimientos
rutinarios, repetitivos y estereotipados no transmiten ninguna información
sensorial al cerebro y nos convierten en seres insensibles y mecánicos.
Estos hechos son interpretados
erróneamente por la persona que los sufre, como resultado lógico del paso de
los años, de la vejez. Sin embargo son únicamente el resultado lógico de una mala utilización del cuerpo.
La solución a todos estos problemas
es la práctica periódica del movimiento adecuado en cuanto cantidad y calidad,
en base a las leyes naturales del movimiento.
El Movimiento Orgánico es un método que se preocupa de restablecer, prevenir y mantener tanto el equilibrio corporal, como la sensibilidad y la estimulación mental, solucionando
los problemas enumerados anteriormente.
El Movimiento Orgánico basa su método de trabajo en lo que se
considera las leyes naturales del movimiento. Una serie de aspectos que
permiten al movimiento desarrollarse de forma óptima, manteniendo lubricados y
flexibles las articulaciones, con el máximo ahorro de energía.
Las leyes naturales del movimiento
desarrolladas en las clases o sesiones de Movimiento
Orgánico pueden sintetizarse en los siguientes puntos:
·
Ajustar el grado de energía o tensión utilizado en cada postura o movimiento para
no causar un desgaste excesivo ni fatiga en ninguna otra zona;
·
Favorecer
claramente las fases de distensión,
relajación o descanso en cada movimiento;
·
Desbloquear las zonas de tensión para que la energía pueda circular
libremente, regar y activar el conjunto del cuerpo;
·
Reequilibrar tanto una zona aislada como el conjunto del cuerpo respecto a
la capacidad de contracción y de estiramiento de los músculos agonistas y
antagonistas;
·
Dar preponderancia
a la acción de los centros energéticos: pelvis
- columna - omóplatos;
·
Flexibilizar cada articulación y segmento corporal.
El Movimiento Orgánico se propone de tal modo que despierte la
sensibilidad y sea un estímulo para las capacidades mentales, generando nuevas
conexiones en las neuronas, estructurando la mente, así como buscando una nueva
actitud psicofísica : ritmo tranquilo y sosiego en la actividad, sensibilidad y
vitalidad y un nuevo hábito postural y de movimiento.
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