El Arte de Caminar - Joaquín Benito Vallejo
Foto del grupo Artesanato -Dirección Mercedes Ridocci- en la obra: CIVITAS
Todos caminamos, pero… ¿Cómo caminamos?
niño aprende a caminar hacia los 14 meses. Aprende él solo, no le enseña nadie. Démonos cuenta de este detalle. APRENDE ÉL SOLO. Como todo en la vida lo aprende únicamente uno mismo, sin que nadie se lo enseñe. Y LO APRENDE, HACIÉNDOLO. Lo enseña la acción, la experiencia, la vivencia. –De la acción al pensamiento, Wallon- Después vienen los padres, los profesores, los curas, los gobiernos, tratándonos de enseñar lo que tenemos que hacer. La enseñanza y la educación lo único que han de hacer es estimular, no obligar a hacer ni impedir hacer.
El niño aprende a caminar porque nace con unas capacidades innatas para ello, solo tiene que ponerlas en marcha. Y las pone en práctica él solo, sin que nadie le estimule o le obligue a ello. Al contrario, se “lo pide el cuerpo”. Es su propio desarrollo el que le conduce ahí de una manera placentera, como no puede ser de otra manera, porque el caminar forma parte importantísima del movimiento y éste es una necesidad vital, no solo del ser humano, sino de todo ser vivo animado, animal.
Antes de llegar a caminar pasa por varios procesos que le conducen a la meta. –Ontogénesis- Otra “mala enseñanza” de los padres, es solo pretender y obligar a llegar a la meta, -el caminar-, sin haber recorrido antes el camino, o el proceso que le llevará a ella.
El proceso es un desarrollo sensorial, perceptivo, de control postural, de equilibrio, de coordinación, etc., como es voltearse, arrastrarse, gatear, levantarse, caerse, equilibrarse, impulsarse…. De fortalecimiento y colocación de las diversas zonas corporales.
De empoderamiento personal.
Caminar erguido, manteniendo la verticalidad, propio del ser humano, es la consecución de millones de años de la evolución de los organismos vivos. -Filogénesis- Consecución que va en relación con otras adquisiciones humanas, depende de ellas y las favorece, por ejemplo, la utilización de las manos como herramientas para ejercer todo tipo de acciones y la consiguiente amplitud de la capacidad craneal y cerebral.
El caminar se corresponde con la adquisición de la verticalidad, imprescindible.
Ajustes neuromusculares, fortalecimiento de la musculatura vertebral.
La verticalidad implica el vencimiento de la gravedad, la adaptación a ella mejor dicho.
Estar de pie, estar sobre la tierra, enraizado y liviano, fuerte y flexible.
Con el tono justo, equilibrado, armónico.
Caminar “bien” es una armonía pura.
Un arte.
Es un arte a la sensorialidad, la percepción, la contemplación…
Pero ese arte conseguido en la mayoría de los niños se va perdiendo con la adultez, como todo arte y capacidad constreñido por la educación y el trabajo, por el dejar de ser uno mismo como una losa que nos aplasta.
El arte de caminar se vuelve una pesada carga.
La gravedad nos vence.
El cuerpo es una pesadumbre. El movimiento un escozor.
¿Podremos librarnos, “liberarnos” de esta servidumbre?
Pongámonos a ello. Como “ejercicio físico" la acción de caminar es el más completo que pueda concebirse. Se pone en marcha todo el entramado corporal anatómico-fisiológico, huesos músculos articulaciones y órganos. Un movimiento global de todo el cuerpo en equilibrio y coordinación de unas zonas con otras.
El caminar sensorial y consciente, relajado, desfrutando del paseo, irradiando presencia y armonía es un arte.
El arte del todo orgánico.
Donde la totalidad del cuerpo y cada una de sus partes en interrelación se comunican.
Vivenciaremos y analizaremos el papel de cada zona por separado: pies – apoyos – traslado del peso – impulsos- / rodillas / caderas / pelvis / columna / omóplatos – brazos / cabeza / respiración / Qué es lo que hace y debe hacer cada zona / qué interrelaciones se producen / Qué coordinaciones – qué contra movimientos – / Dé donde nace el movimiento – cómo se transmite – Las sensaciones – percepciones – la consciencia – el disfrute de caminar–.
Un cuerpo es vida – más que fisiología – en él se refleja el estado de ánimo – el estímulo para vivir – la forma como caminamos refleja ese ánimo – la relación con la gravedad – la contención – el tempo… pero la forma en que caminemos puede suscitar y modificar el estado de ánimo. (La relación de las emociones con el caminar podemos dejarlo para otro capítulo)
“Re-aprendiendo” el arte de caminar. –Síntesis del proceso-
PARTIMOS DE retomar la postura erguida correcta VISTA Y DESCRITA ANTERIORMENTE.
Volvemos a vivenciarla. Cada parte por separado y de forma global.
Movilizamos de nuevo, un poco, cada parte. La sentimos y la disfrutamos.
Sensibilización de los pies. Traslados de peso.
Balanceo de brazos. Contra-movimientos. Juego en rodillas y movimientos orgánicos de pelvis – columna.
Fuerza y flexibilización de los tobillos.
- Observación del traslado de peso hacia un pie, dejando el otro colgando rozando el suelo. Sentimos lo que hace la pelvis, la columna, la cintura escapular…, para mantener el equilibrio del cuerpo y la verticalidad (La zona superior realiza un contra-movimiento en relación con la zona inferior)
- Levantamiento de una pierna desde la pelvis. Observación del traslado del peso y del juego del conjunto del cuerpo hacia la cabeza.
- Paso adelante con traslado de peso. Vuelta. Observación de pelvis. Desplazamientos a cámara lenta.
- Caminar “normal” de cada uno. Observación de “su” caminar. El peso del cuerpo, la propulsión, los movimientos de la pelvis en los 3 planos, la columna: juegos de las vértebras en todos los planos, omóplatos: contra-movimientos, brazos, el ritmo…/
- El cuerpo global: la zona inferior respecto a la superior, el lado izq. Respecto al dcho.
Ø B- Quedémonos quietos ahora. Pies y piernas paralelos con la misma separación que las articulaciones de las caderas –las íngles-. Sintamos el suelo debajo de nuestros pies. Y sintamos el contacto de estos con el suelo.
Ø Pongamos atención en sentir cómo se distribuye el peso del cuerpo a lo largo de nuestros pies y a uno y otro lado.
Ø ¿El peso está repartido desde los talones hacia el metatarso de los pulgares y de los meñiques? ¿Se distribuye equitativamente entre un pie y el otro? Tratemos de que sea así.
Ø Aflojemos lentamente las rodillas un poco. Sintamos cómo se grava la huella de los pies en el suelo. Presionemos el suelo con los pies para volver
de nuevo arriba. Observar el empuje de los pies y como éstos trasmiten una fuerza hacia las piernas, estirándolas.
Ø C- Quedémonos de nuevo arriba. Dejemos las rodillas flojas como muelles elásticos y flexibles. Los brazos sueltos. El cuerpo relajado, disponible.
Ø Mantengamos un movimiento suave de muelle en las rodillas.
Ø Hagamos este movimiento de muelle sobre los dedos de los pies con los talones ligeramente levantados.
Ø D- Con los pies bien apoyados y las rodillas suavemente flojas. - Balanceo de adelante atrás - Llevemos ahora el apoyo hacia los dedos, manteniendo siempre el cuerpo relajado. Desde los dedos volvamos al centro y desde aquí, a los talones. No nos desequilibremos. Observemos dónde están los límites del movimiento yendo adelante y sobre todo al ir atrás.
Ø Establezcamos un balanceo agradable de adelante atrás, de atrás adelante. Observar la cadencia. Y la respiración.
Ø Hagámoslo con los ojos cerrados encontrando una suave melodía de movimiento sincronizada con la respiración. Disfrutémoslo.
Ø E- Al llevar el peso hacia los talones, aflojemos las rodillas un poco más. Continuemos llevando el peso hacia los dedos a la vez que empujamos el suelo para estirar las rodillas y subir.
Ø Se produce un movimiento circular de arriba abajo y de atrás adelante.
Ø Armonía, ritmo, respiración, movimiento, equilibrio de pies a cabeza, todo está sincronizado.
Ø Volvamos a restablecer el peso, todo a lo largo de los pies y en cada lado, en un silencio.
Ø F- Balanceos de un lado al otro. Llevemos a continuación el peso hacia un lado, hacia el borde externo del pie, encontrando el límite del movimiento sin desequilibrarse. Observar lo que ocurre en una pierna y otra. La pierna que recibe el peso queda fuerte y estirada con buen apoyo en el pie. La otra queda floja, la rodilla tiende a doblarse un poco, el pie casi queda en vilo.
Ø Llevemos el peso hacia el otro lado. Movámonos suavemente llevando el peso de un lado al otro, hasta conseguir una oscilación rítmica y agradable.
Ø Sintamos lo que pasa. - Para ir de un lado al otro el pie sobre el que recae el peso, se enraíza y presiona sobre suelo. Es ese empuje el que nos desplaza. Observemos y sintamos lo que hace la columna para mantener el cuerpo en la verticalidad.
Ø G- En redondo desde un silencio. Llevamos el apoyo hacia los dedos. Desde aquí hacia el borde externo del pie derecho. Hacia los talones, hacia el borde externo del pie izquierdo, hacia los dedos.
J- “Re-Aprendiendo” a caminar. Partimos de tener el peso repartido equitativamente entre ambos pies. La intención es de ir a dar un paso. Lo hacemos a “cámara lenta” tomando consciencia de lo que ocurre en cada fase de todo el proceso.
Ø Primera fase: el pie que va a dar el paso, solo llega a desprenderse del suelo la planta, pero el dedo pulgar sigue tocando el suelo. Observar, sentir: qué ocurre con el peso del cuerpo; dónde se deposita; qué ha hecho la pelvis; qué ocurre hacia la columna, la cabeza, los brazos;
Ø Observación. El peso del cuerpo va hacia el pie que se apoya en el suelo. Se produce un desplazamiento de la pelvis en la misma dirección, el lado correspondiente al pie que se apoya, sube, el otro baja. El resto ya lo veremos más tarde.
Ø Segunda fase: levantar un pie llevando la rodilla un poco más arriba de lo normal. Volver a apoyar – restablecimiento del peso – Lo mismo con el otro lado – Continuar alternando.
Ø Observación: (1) Al alternar la subida de la pierna, el peso –y el cuerpo- se están desplazando de un lado al otro- Sentir este balanceo, con su ritmo y respiración.
Ø Continuemos realizando el levantamiento varias veces con la misma pierna. Observación: (2) Al levantar la pierna la pelvis cae un poco hacia ese lado y retrocede –retroversión pélvica- abriéndose un poco la zona lumbar. Al apoyar el pie, la pelvis queda equilibrada lado a lado y se adelanta provocando el hundimiento de las lumbares –anteroversión pélvica-. Cuando un pie se levanta del suelo se produce un sutil encogimiento del cuerpo. Al bajar el pie y equilibrarse el peso, se produce un estiramiento hacia la cabeza. Observarlo - Vivenciarlo.
Ø Sigamos aumentando la percepción con el levantamiento de una pierna y de otra varias veces, y alternando.
Ø Dando un paso. Tercera fase. Una de las veces damos el paso adelante, quedándonos ahí, con un pie adelante y otro atrás. Dediquémonos ahora a trasladar el peso de adelante atrás y viceversa. Observemos lo que ocurre.
Ø Para ir adelante el pie de atrás presiona el suelo, esto provoca que el apoyo vaya hacia los dedos levantándose el talón, la pierna se estire, la pelvis pase a anteroversión, la columna se endereza hacia la cabeza, el peso recaiga en el pie de adelante.
Ø Para volver a atrás hay que dejar de presionar con los dedos de atrás, haciendo que el peso vuelva a recaer en todo el pie, la pierna se afloja, se encoje, la pelvis tiende a la retroversión la columna se encorva más, el pie de adelante lleva el apoyo hacia el talón.
Ø Repitamos, observemos, sintamos… yendo de adelante atrás y viceversa varias veces. Subir y bajar, enderezarse y encogerse, presionar y aflojar.
Ø Damos un paso adelante para cambiar la posición de las piernas y continuamos experimentando.
Ø Tercera fase. Empezando a caminar. En la fase anterior llevábamos el peso solo de adelante atrás, sin dar el paso para caminar. ¿Qué falta para dar el paso y seguir caminando? Sigamos, no dejemos de observar y sentir. ¿Qué es lo último que toca el suelo y qué lo primero?
Ø Al dar el paso lo último que toca el suelo son los dedos del pie de atrás. Lo primero que toca el suelo es el talón del pie de adelante. Sigamos observando.
Ø Para dar el paso la parte delantera del pie –metatarso y dedos- presionan el suelo, lo que nos impulsa adelante y arriba. Se provoca así la caída del peso hacia adelante, apoyándose el talón. El peso pasa del talón a los dedos. Estos empujan y así, encadenadamente se desarrolla el caminar. Observémoslo con detalle: apoyos - traslado de peso –impulsos – caídas -…
El niño aprende a caminar porque nace con unas capacidades innatas para ello, solo tiene que ponerlas en marcha. Y las pone en práctica él solo, sin que nadie le estimule o le obligue a ello. Al contrario, se “lo pide el cuerpo”. Es su propio desarrollo el que le conduce ahí de una manera placentera, como no puede ser de otra manera, porque el caminar forma parte importantísima del movimiento y éste es una necesidad vital, no solo del ser humano, sino de todo ser vivo animado, animal.
Antes de llegar a caminar pasa por varios procesos que le conducen a la meta. –Ontogénesis- Otra “mala enseñanza” de los padres, es solo pretender y obligar a llegar a la meta, -el caminar-, sin haber recorrido antes el camino, o el proceso que le llevará a ella.
El proceso es un desarrollo sensorial, perceptivo, de control postural, de equilibrio, de coordinación, etc., como es voltearse, arrastrarse, gatear, levantarse, caerse, equilibrarse, impulsarse…. De fortalecimiento y colocación de las diversas zonas corporales.
De empoderamiento personal.
Caminar erguido, manteniendo la verticalidad, propio del ser humano, es la consecución de millones de años de la evolución de los organismos vivos. -Filogénesis- Consecución que va en relación con otras adquisiciones humanas, depende de ellas y las favorece, por ejemplo, la utilización de las manos como herramientas para ejercer todo tipo de acciones y la consiguiente amplitud de la capacidad craneal y cerebral.
El caminar se corresponde con la adquisición de la verticalidad, imprescindible.
Ajustes neuromusculares, fortalecimiento de la musculatura vertebral.
La verticalidad implica el vencimiento de la gravedad, la adaptación a ella mejor dicho.
Estar de pie, estar sobre la tierra, enraizado y liviano, fuerte y flexible.
Con el tono justo, equilibrado, armónico.
Caminar “bien” es una armonía pura.
Un arte.
Es un arte a la sensorialidad, la percepción, la contemplación…
Pero ese arte conseguido en la mayoría de los niños se va perdiendo con la adultez, como todo arte y capacidad constreñido por la educación y el trabajo, por el dejar de ser uno mismo como una losa que nos aplasta.
El arte de caminar se vuelve una pesada carga.
La gravedad nos vence.
El cuerpo es una pesadumbre. El movimiento un escozor.
¿Podremos librarnos, “liberarnos” de esta servidumbre?
Pongámonos a ello. Como “ejercicio físico" la acción de caminar es el más completo que pueda concebirse. Se pone en marcha todo el entramado corporal anatómico-fisiológico, huesos músculos articulaciones y órganos. Un movimiento global de todo el cuerpo en equilibrio y coordinación de unas zonas con otras.
El caminar sensorial y consciente, relajado, desfrutando del paseo, irradiando presencia y armonía es un arte.
El arte del todo orgánico.
Donde la totalidad del cuerpo y cada una de sus partes en interrelación se comunican.
Vivenciaremos y analizaremos el papel de cada zona por separado: pies – apoyos – traslado del peso – impulsos- / rodillas / caderas / pelvis / columna / omóplatos – brazos / cabeza / respiración / Qué es lo que hace y debe hacer cada zona / qué interrelaciones se producen / Qué coordinaciones – qué contra movimientos – / Dé donde nace el movimiento – cómo se transmite – Las sensaciones – percepciones – la consciencia – el disfrute de caminar–.
Un cuerpo es vida – más que fisiología – en él se refleja el estado de ánimo – el estímulo para vivir – la forma como caminamos refleja ese ánimo – la relación con la gravedad – la contención – el tempo… pero la forma en que caminemos puede suscitar y modificar el estado de ánimo. (La relación de las emociones con el caminar podemos dejarlo para otro capítulo)
“Re-aprendiendo” el arte de caminar. –Síntesis del proceso-
PARTIMOS DE retomar la postura erguida correcta VISTA Y DESCRITA ANTERIORMENTE.
Volvemos a vivenciarla. Cada parte por separado y de forma global.
Movilizamos de nuevo, un poco, cada parte. La sentimos y la disfrutamos.
Sensibilización de los pies. Traslados de peso.
Balanceo de brazos. Contra-movimientos. Juego en rodillas y movimientos orgánicos de pelvis – columna.
Fuerza y flexibilización de los tobillos.
- Observación del traslado de peso hacia un pie, dejando el otro colgando rozando el suelo. Sentimos lo que hace la pelvis, la columna, la cintura escapular…, para mantener el equilibrio del cuerpo y la verticalidad (La zona superior realiza un contra-movimiento en relación con la zona inferior)
- Levantamiento de una pierna desde la pelvis. Observación del traslado del peso y del juego del conjunto del cuerpo hacia la cabeza.
- Paso adelante con traslado de peso. Vuelta. Observación de pelvis. Desplazamientos a cámara lenta.
- Caminar “normal” de cada uno. Observación de “su” caminar. El peso del cuerpo, la propulsión, los movimientos de la pelvis en los 3 planos, la columna: juegos de las vértebras en todos los planos, omóplatos: contra-movimientos, brazos, el ritmo…/
- El cuerpo global: la zona inferior respecto a la superior, el lado izq. Respecto al dcho.
// ---Caminar / Análisis práctico "vivencial" del movimiento por partes para luego ir integrándolo en un todo. / Observación – sensación – percepción – consciencia – realización – integración - alineación – rectitud – fortalecimiento y flexibilidad – equilibrio global – armonía – elegancia – presencia – disfrute / La acción de caminar es la más completa que hay participando todas las partes del cuerpo. No solo a nivel físico sino mental. Relaja, recrea, despierta la sensibilidad, la comunicación y la creatividad. Pero para que así sea ha de hacerse bien.---//
Diversos ejercicios previos para desarrollar el "arte" caminar:
· Pies / golpe suelo talón – percusión y reflejo hacia el cráneo / apoyos – punta – talón / flexión – extensión / Basculación del peso / lentitud – equilibrio – control – dominio – seguridad / observación caminar adelante atrás / Impulso – propulsión adelante arriba – empuje – resorte – reflejo de estiramiento hacia cabeza
· Rodillas / resortes
· Piernas – articulaciones y segmentos / cadera – rodilla – tobillo / Flexiones – Extensiones / cuádriceps – isquiotibiales /
· Pelvis / centro energético / movimientos en cada plano / Qué ocurre cuando se impulsa, cuando se levanta la pierna, cuando se da el paso? / qué ocurre hacia columna, omóplatos y brazos? / cómo se equilibra el conjunto del cuerpo? ¡caminemos desde la pelvis!
· Columna / observación del movimiento en relación con pelvis
· Omóplatos – Brazos /
· Cabeza – mirada
1.- Conectando con los pies -Desplazando el peso / Consciencia del movimiento / Moverse desde los apoyos - Brazos sueltos / desplazando el peso, parados, Traslados de peso del cuerpo con piernas separadas. Observación de los apoyos plantares y de la distribución del peso del cuerpo. (TRASPORTE – REFLEJO DE ENDEREZAMIENTO) Hagamos todas las experiencias con los ojos abiertos y cerrados.
Ø A- Toquemos el suelo con los pies. Hacia todos los lados alrededor. Cerca y lejos. Sintamos los dedos, metatarsos, bordes, talones…
Y también con la zona de los dedos correspondiente a los empeines, hacia las uñas… (Presionando y deslizando el empeine hacia adelante, caminando)
Ø Hagamos movimientos suaves, acariciadores. Y también, frotando. Combinar las diferentes zonas de los pies para tocar de esos modos…
Ø B- Quedémonos quietos ahora. Pies y piernas paralelos con la misma separación que las articulaciones de las caderas –las íngles-. Sintamos el suelo debajo de nuestros pies. Y sintamos el contacto de estos con el suelo.
Ø Pongamos atención en sentir cómo se distribuye el peso del cuerpo a lo largo de nuestros pies y a uno y otro lado.
Ø ¿El peso está repartido desde los talones hacia el metatarso de los pulgares y de los meñiques? ¿Se distribuye equitativamente entre un pie y el otro? Tratemos de que sea así.
Ø Aflojemos lentamente las rodillas un poco. Sintamos cómo se grava la huella de los pies en el suelo. Presionemos el suelo con los pies para volver
de nuevo arriba. Observar el empuje de los pies y como éstos trasmiten una fuerza hacia las piernas, estirándolas.
Ø C- Quedémonos de nuevo arriba. Dejemos las rodillas flojas como muelles elásticos y flexibles. Los brazos sueltos. El cuerpo relajado, disponible.
Ø Mantengamos un movimiento suave de muelle en las rodillas.
Ø Hagamos este movimiento de muelle sobre los dedos de los pies con los talones ligeramente levantados.
Ø D- Con los pies bien apoyados y las rodillas suavemente flojas. - Balanceo de adelante atrás - Llevemos ahora el apoyo hacia los dedos, manteniendo siempre el cuerpo relajado. Desde los dedos volvamos al centro y desde aquí, a los talones. No nos desequilibremos. Observemos dónde están los límites del movimiento yendo adelante y sobre todo al ir atrás.
Ø Establezcamos un balanceo agradable de adelante atrás, de atrás adelante. Observar la cadencia. Y la respiración.
Ø Hagámoslo con los ojos cerrados encontrando una suave melodía de movimiento sincronizada con la respiración. Disfrutémoslo.
Ø E- Al llevar el peso hacia los talones, aflojemos las rodillas un poco más. Continuemos llevando el peso hacia los dedos a la vez que empujamos el suelo para estirar las rodillas y subir.
Ø Se produce un movimiento circular de arriba abajo y de atrás adelante.
Ø Armonía, ritmo, respiración, movimiento, equilibrio de pies a cabeza, todo está sincronizado.
Ø Volvamos a restablecer el peso, todo a lo largo de los pies y en cada lado, en un silencio.
Ø F- Balanceos de un lado al otro. Llevemos a continuación el peso hacia un lado, hacia el borde externo del pie, encontrando el límite del movimiento sin desequilibrarse. Observar lo que ocurre en una pierna y otra. La pierna que recibe el peso queda fuerte y estirada con buen apoyo en el pie. La otra queda floja, la rodilla tiende a doblarse un poco, el pie casi queda en vilo.
Ø Llevemos el peso hacia el otro lado. Movámonos suavemente llevando el peso de un lado al otro, hasta conseguir una oscilación rítmica y agradable.
Ø Sintamos lo que pasa. - Para ir de un lado al otro el pie sobre el que recae el peso, se enraíza y presiona sobre suelo. Es ese empuje el que nos desplaza. Observemos y sintamos lo que hace la columna para mantener el cuerpo en la verticalidad.
Ø G- En redondo desde un silencio. Llevamos el apoyo hacia los dedos. Desde aquí hacia el borde externo del pie derecho. Hacia los talones, hacia el borde externo del pie izquierdo, hacia los dedos.
Ø Establezcamos un movimiento circular continuo. Dejarse llevar como un junco que se mece desde su raíz. Sentir esto con los ojos cerrados y abiertos. Y cambiemos la dirección del círculo. Sintamos lo que ocurre hacia la columna y la cabeza.
Ø H- Con las piernas separadas. (1) Primero con ellas estiradas, al ir hacia un lado el otro pie casi se desprende del suelo. (2) Segundo: doblando la rodilla sobre la que recae el peso. En este caso, el peso del cuerpo en su mayor parte queda depositado sobre la pierna doblada. La planta del pie se agarra más al suelo. Observar y sentir.
Ø Presionamos con la planta de ese pie para volver arriba y quedar con ambas piernas y pies equilibrados. Sentir el empuje y la transmisión de la energía por la pierna hacia la pelvis.
Ø Aflojamos la otra yendo hacia el otro lado. Repetimos la experiencia.
Ø Fluyamos lentamente de un lado al otro. Sintamos el balanceo del cuerpo dejándose llevar por los empujes de los pies. El conjunto del cuerpo está relajado. Solo los pies actúan. Nos movemos desde ellos. Respiración y movimiento fluidos y armónicos-
Ø I- Todos estos traslados de peso los vamos después a experimentar con diversas variantes:
o Con los brazos levantados y / o moviéndose de modo natural desde los apoyos.
o Con las manos tocando el espacio.
o Con la imagen de llevar un vaso de agua sobre la cabeza sin derramarse.
o Sosteniendo un palo sobre la palmas de las manos.
o Sosteniendo un palo real sobre la cabeza. Hacia los lados, adelante atrás. Dando pasos.
o Con el palo apoyado por un extremo sobre el suelo a la distancia justa para que las manos puedan apoyarse sobre el otro extremo, con los brazos estirados, sin tensión. Observar eso con detalle.
o Sosteniendo un cojín contra el pecho, un balón, un aro…
o En actitud de sostener un niño en brazos.
Ø Más tarde lo haremos en parejas y también en tríos o pequeños grupos –algunos-
J- “Re-Aprendiendo” a caminar. Partimos de tener el peso repartido equitativamente entre ambos pies. La intención es de ir a dar un paso. Lo hacemos a “cámara lenta” tomando consciencia de lo que ocurre en cada fase de todo el proceso.
Ø Primera fase: el pie que va a dar el paso, solo llega a desprenderse del suelo la planta, pero el dedo pulgar sigue tocando el suelo. Observar, sentir: qué ocurre con el peso del cuerpo; dónde se deposita; qué ha hecho la pelvis; qué ocurre hacia la columna, la cabeza, los brazos;
Ø Observación. El peso del cuerpo va hacia el pie que se apoya en el suelo. Se produce un desplazamiento de la pelvis en la misma dirección, el lado correspondiente al pie que se apoya, sube, el otro baja. El resto ya lo veremos más tarde.
Ø Segunda fase: levantar un pie llevando la rodilla un poco más arriba de lo normal. Volver a apoyar – restablecimiento del peso – Lo mismo con el otro lado – Continuar alternando.
Ø Observación: (1) Al alternar la subida de la pierna, el peso –y el cuerpo- se están desplazando de un lado al otro- Sentir este balanceo, con su ritmo y respiración.
Ø Continuemos realizando el levantamiento varias veces con la misma pierna. Observación: (2) Al levantar la pierna la pelvis cae un poco hacia ese lado y retrocede –retroversión pélvica- abriéndose un poco la zona lumbar. Al apoyar el pie, la pelvis queda equilibrada lado a lado y se adelanta provocando el hundimiento de las lumbares –anteroversión pélvica-. Cuando un pie se levanta del suelo se produce un sutil encogimiento del cuerpo. Al bajar el pie y equilibrarse el peso, se produce un estiramiento hacia la cabeza. Observarlo - Vivenciarlo.
Ø Sigamos aumentando la percepción con el levantamiento de una pierna y de otra varias veces, y alternando.
Ø Dando un paso. Tercera fase. Una de las veces damos el paso adelante, quedándonos ahí, con un pie adelante y otro atrás. Dediquémonos ahora a trasladar el peso de adelante atrás y viceversa. Observemos lo que ocurre.
Ø Para ir adelante el pie de atrás presiona el suelo, esto provoca que el apoyo vaya hacia los dedos levantándose el talón, la pierna se estire, la pelvis pase a anteroversión, la columna se endereza hacia la cabeza, el peso recaiga en el pie de adelante.
Ø Para volver a atrás hay que dejar de presionar con los dedos de atrás, haciendo que el peso vuelva a recaer en todo el pie, la pierna se afloja, se encoje, la pelvis tiende a la retroversión la columna se encorva más, el pie de adelante lleva el apoyo hacia el talón.
Ø Repitamos, observemos, sintamos… yendo de adelante atrás y viceversa varias veces. Subir y bajar, enderezarse y encogerse, presionar y aflojar.
Ø Damos un paso adelante para cambiar la posición de las piernas y continuamos experimentando.
Ø Tercera fase. Empezando a caminar. En la fase anterior llevábamos el peso solo de adelante atrás, sin dar el paso para caminar. ¿Qué falta para dar el paso y seguir caminando? Sigamos, no dejemos de observar y sentir. ¿Qué es lo último que toca el suelo y qué lo primero?
Ø Al dar el paso lo último que toca el suelo son los dedos del pie de atrás. Lo primero que toca el suelo es el talón del pie de adelante. Sigamos observando.
Ø Para dar el paso la parte delantera del pie –metatarso y dedos- presionan el suelo, lo que nos impulsa adelante y arriba. Se provoca así la caída del peso hacia adelante, apoyándose el talón. El peso pasa del talón a los dedos. Estos empujan y así, encadenadamente se desarrolla el caminar. Observémoslo con detalle: apoyos - traslado de peso –impulsos – caídas -…
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