domingo, 1 de noviembre de 2015

Disfrutar del movimiento

Joaquín Benito Vallejo

Quiero hablar del disfrute del movimiento, más allá de sentirlo meramente a niveles físicos, sino de que el movimiento, lento y profundo, nos transporte más allá de lo físico y nos transmita sentimientos. Impregnarse del movimiento para abrir la puerta a las emociones y que el movimiento cobre vida y sea expresivo. Que no se quede en el mero análisis físico aunque este sea pormenorizado y profundo.

Para analizar hay que parcializar, dividir, sentir las zonas o las funciones aisladas, perdiendo de vista el conjunto. Quiero sentir el conjunto y que este, aporte mucho más que el análisis detallado físico, de lo que ocurre en un musculo o articulación determinada. Quiero captar la actitud general del cuerpo en el movimiento, la emoción subyacente, el clima anímico.

El movimiento, antes que nada, ha de ser sentido y disfrutado. Hay que saborearlo como un manjar, como un  pastel, como un buen vino o un licor. Y como la bebida o la comida puede haber en él múltiples y diversos sabores: dulce, agrio, fuerte, suave, acido, soso, salado, combinados entre ellos adquiriendo infinidad de matices. 

Utilizo la imagen del sabor  porque es quizá la más asequible para todas las personas en general. El placer de la comida y la bebida. Aunque he visto muchas veces como la comida se engulle sin saborearla, y por lo tanto no disfrutándola, únicamente saciando el hambre o la voracidad. O comiendo solo determinados platos porque ellos contienen tal o cual propiedad curativa.

Pero este ejemplo también me sirve para explicar cómo no debe hacerse el movimiento, tragándolo sin saborearlo.

Con la comida y la bebida hay que permitir que impregne las papilas gustativas del paladar y de la lengua para extraer los sabores, y los olores. Si tragamos no damos tiempo para saborear.

Si las emociones yacen y se expresan en el cuerpo, con el movimiento sentido, se suscitan sentimientos, se activa la imaginación, nos conduce a la búsqueda y a la creatividad.

Ese ha sido y es mi objetivo, hoy más que nunca.

Hoy más que nunca porque el movimiento es realizado de una manera mecanicista, como el programa de una lavadora. Se ha impuesto la mecanización. El cuerpo humano es considerado como un hardware al que hay que instalar un software. El hardware trabaja mientras se está instalando el software. Una vez instalado, todo se repite ordenadamente como manda el programa. Esta es la moda del momento y por muchos años. ¿Quién concibe que el movimiento se pueda disfrutar? ¿Quién cree que el movimiento es un manjar que abre y despierta todos los sentidos, el  mejor estímulo para el cerebro, y  que nos libera, nos limpia, nos relaja, nos enaltece…?

Nuestra educación y nuestra cultura separaron cuerpo y mente, separaron el aspecto físico humano del aspecto psico-socio-emocional.

El cuerpo no puede ser separado de la mente. Nunca. Hoy, las modas, al trabajar el cuerpo, también dicen que trabajan la mente. No puede ser de otra manera, porque son inseparables. Pero a la mente se la trabaja, como he dicho antes, como un software, instalando en el cuerpo –en el cerebro- un programa informático.

En el movimiento está todo el cuerpo implicado, aunque a veces hay una zona que es la protagonista. Pero no debemos quedarnos en esta percepción fragmentaria y parcial. El cuerpo entero es el soporte del movimiento. Con sus apoyos, con su postura, con su gama de tensiones, con su respiración, con su pálpito, con su actitud, con su tempo y su melodía, con el espacio en que se forma y dibuja. Con los demás.  La emoción no se vislumbra en una parte del cuerpo, se refleja en todo él. Si estamos alegres o tristes, o enojados, es todo el cuerpo el que lo siente y lo manifiesta, no solo una pierna o un brazo, o la pelvis o la cara. 

Al principio de experimentar el movimiento puede darse en la mayoría de las personas, una percepción simple y escasa del aspecto físico del movimiento. En personas muy sensibles se dará una percepción más honda, lo que nos indica que están viviendo el movimiento más plenamente. La vida va más allá de lo físico. En la vida hay emociones, sentimientos, imaginación, creatividad. La materia física es el soporte de la vida emocional y mental. Y la vida mental no es solo un programa de acción como un software que se instala en una máquina  respondiendo solo a unas directrices.

La mayoría de los métodos o técnicas de movimiento son así. Aunque pregonen que trabajan o potencian la unidad cuerpo mente. La mente no puede aislarse del cuerpo. Es imposible. En cualquier cosa que hagamos está presente la dimensión mental. Pero esta dimensión puede reducirse a la mínima expresión, o puede estar plenamente involucrada. Puede ser una percepción mecanicista, rudimentaria, meramente física o por el contrario, puede ser emocional, imaginativa, creativa. Esta dimensión del movimiento no suele tenerse en cuenta. Se cree que el movimiento solo es algo físico y que su objetivo y utilidad es meramente física. Algo así como creer que la comida solo sirve para alimentarse y no para disfrutar con ella. Algo así como creer que la sexualidad solo sirve para tener hijos.

Lo que aparentemente no sirve para nada, es lo más placentero y  enriquecedor, a nivel sensorial, mental, cerebral, cognitivo, emocional.
 


 Y tú, lector, ¿Qué piensas de esto?  ¿Crees que el movimiento se puede saborear? ¿lo has saboreado? ¿O solo buscas la utilidad del movimiento, como un ejercicio que sirve para algo? ¿Solo te satisface la meta o por el contrario, lo que disfrutas es el camino?  ¿Te gusta la rutina  o la creatividad? ¿Has practicado técnicas rutinarias? ¿Cuales? ¿Has disfrutado del movimiento creativo?
Te agradecemos nos aportes tus opiniones.

martes, 28 de julio de 2015

EDUCACIÓN COMO CASTRACIÓN ¿Por qué el esclavo ama al amo?




LA EDUCACIÓN COMO CASTRACIÓN y DOMESTICACIÓN
Joaquín Benito Vallejo
¿Por qué el esclavo ama  al amo?
Diferentes causas y efectos pueden interrelacionarse  en este cometido, pero estamos seguros que el origen de todo yace en la educación represora.
 Vamos a esbozar en principio una pequeña síntesis  esquemática y genérica de la que pueden desprenderse infinidad de variantes y que posteriormente se ampliará.

(1) La educación represora, entendida ésta como la represión de los impulsos naturales innatos del ser vivo humano, que conlleva: 
(2) la frustración y anulación como SER auto organizado independiente y libre, así como de su: 
(3) desinterés y desconocimiento del mundo que le rodea; Si se genera un ser frustrado, desrealizado, lógicamente es un individuo: 
(4) egoísta, incapaz de valorar a los demás; Todo se refuerza y justifica 
(5) por la inculcación pareja de una ideología –o religión- autoritaria;

La represión de los impulsos innatos abarca un amplio campo. Reich lo restringe casi exclusivamente a los impulsos sexuales, aunque su concepto de sexualidad abarca al concepto de placer.  El campo de la sexualidad puede verse como un campo restringido, no así el placer. Todos los impulsos naturales conllevan la satisfacción del placer. El placer no está solo en su consecución sino también en el proceso para alcanzarlo.

El impulso primordial no solo del ser humano sino de todo ser vivo, es la exploración del medio entorno, porque es donde ha de vivir, alimentarse y relacionarse, el medio donde se nace y se vive.  
La capacidad de explorar forma parte de la energía vital del propio cuerpo del explorador
Es la fuerza de la vida por ser, hacer, conocer, desarrollarse, crecer, relacionarse, comunicarse, compartir. Es abrirse al mundo y a los demás. 
Esa exploración lo es todo. Explorar significa hacer, actuar y ello nos convierte en SER. -Somos porque hacemos-.
Este hacer irradia en una doble vertiente hacia adentro y hacia afuera. 
Hacia adentro, se refiere al propio ser que actúa, que explora. 
Hacia afuera se encuentra el medio que nos rodea, que es explorado.  
Por un lado conduce a hacerse a sí mismo al moverse y explorar  mientras que por el otro lleva a  conocer y desarrollar recursos para moverse en el medio ambiente donde se vive. 
Explorando el entorno se desarrollan todas las capacidades personales, corporales, sensoriales y motrices lo que significa  empoderarse, adquirir un poder propio como sujeto activo.  
El ser se hace actuando. Y explorando el entorno se conoce este y se desarrollan capacidades para desenvolverse en él, adaptándolo y modificándolo. 
Explorar implica sentir, observar, experimentar, disfrutar, jugar, calcular, programar, proyectar, crear, ejecutar, evaluar, modificar…  pensar. 
Toda la exploración se realiza mediante el juego que no es más que ejercitar los impulsos naturales disfrutando con ello. 
Explorando se desarrolla el conocimiento y los propios recursos. Y a la inversa, explorando, el explorador se autorrealiza a sí mismo, como un ser independiente y distinto a los demás seres, con un poder propio. 
La exploración del entorno con el propio cuerpo, el propio movimiento, el propio sentir, la propia experimentación, genera la propia opinión respecto a ese entorno, no la opinión ni las creencias de los demás. Genera un pensamiento propio basado en la propia experimentación. 

Hay que subrayar además que el ser humano, como todo ser vivo pero en mayor medida, vive en sociedad, relacionándose con los demás seres de su propia especie. 

Luego, por una parte el entorno que explora es fundamentalmente un entorno social. Y la exploración se lleva a cabo en relación con los demás seres de su propia especie. Lo que hace y explora aun siendo hecho por uno mismo es hecho con la participación de los demás. 
Esa exploración interrelacionada  es lo que va a hacer que la propia autogestión del entorno sea en muchos casos una cogestión con los demás

Los demás nos ayudan a ser y a hacernos, nos hacen crecer mejor, nos potencian. 

La  exploración entonces, va a enseñar a relacionarse y a actuar con los demás
Va a enseñar, que a la vez que cada uno –al actuar- se empodera, se aprecia y se valora a sí mismo, también se produce un aprecio, respeto  y valoración de los demás, un compañerismo.  
Tanto la exploración del entorno como la autogestión con los demás, le va a enseñar a regular y modular sus propios impulsos naturales en relación con el entorno y con las demás personas. 
Esta regulación conducirá a un equilibrio entre el Yo y los Otros

Ni el Yo ni los Otros pueden ser menospreciados ni supervalorados, uno respecto al otro. En relación con los demás se origina la empatía, la solidaridad, la colaboración. Cada ser se hace único, independiente, distinto y sin embargo, complementario de los demás.


La represión de los impulsos innatos naturales conlleva el deterioro, si no la anulación, de todas las capacidades expuestas anteriormente en mayor o menor medida. 
Queda mermada la capacidad de hacer y por lo tanto de ser. Aparece la frustración, la incapacidad, la impotencia, la rabia o la resignación, la angustia.. Todo impulso que no es desarrollado hacia afuera actuando sobre el entorno, es dirigido entonces hacia adentro de uno mismo quemando el propio organismo y frustrando e incapacitando por tanto al propio ser. Comienza desde la cuna, con la actitud y comportamiento de los padres. Con la actitud prohibitiva de hacer o explorar: eso no se toca, eso no se hace, eso no se dice…, seguido del castigo o la agresión por hacer, tocar, decir…  y la correspondiente culpabilización. -Téngase en cuenta que esta represión comienza desde la primera infancia, cuando el niño o niña dependen para todo de los padres-. Así pues, el impulso natural de hacer es cercenado, incluso el deseo de hacer, las ganas, la motivación para hacer se ve atrofiado poco a poco. Entonces, la energía dirigida a hacer se emplea en no hacer, en acorazarse, en impedirse, en atarse, en contenerse. El acorazamiento es una defensa contra el deseo de hacer y contra el dolor que ello causa. Acorazándose se deja de sentir. Se hace uno de piedra. El cuerpo físico y mental se crispa, se contrae hasta ahogar no solo la capacidad de hacer sino el propio deseo en su raíz, y la imaginación de que el deseo y la posibilidad de hacer existe. Esto se ve ya claramente en el adulto donde el deseo, efectivamente, ni se imagina que pueda existir.

Cortar los impulsos naturales como el de exploración, conlleva la frustración y anulación como SER por un lado, mientras que en la otra dirección, hacia el medio externo, genera la pérdida de motivación e interés, por tanto, el desconocimiento,  de lo que ocurre en ese medio. Impedir la exploración es matar la curiosidad, la capacidad de sorprenderse y asombrarse.  Pierde la capacidad  de interesarse por lo que pasa en el mundo circundante, y con ello se asienta la ignorancia y la falta de opinión y crítica. No se asombra de que se vean estrellas en el cielo. No se interesa por el origen de la vida. No se estremece porque haya personas que no tengan para comer. Se cree que todo viene hecho por dios o quien sea. Que las cosas son así porque son así o deben ser así.  Que las cosas han sido así desde siempre. Desde que el mundo es mundo, y no pueden ser de otra manera. Unos son ricos y otros pobres. Unos mandan y otros obedecen.  Que se ha nacido para trabajar. La represión y el impedimento de desarrollar los impulsos naturales, que describimos de modo general como el impulso de explorar y conocer el medio entorno, ahoga el espíritu de curiosear, investigar, admirarse, asombrarse, e interesarse  por todo lo que nos rodea. Y, si la exploración del medio, significa experimentar y de la experimentación nace el contraste, la capacidad de opinar, de distinguir, de dilucidar, es decir, una actitud  y capacidad críticas, la anegación de esa capacidad conduce a la falta de crítica, de discriminación, de opinión. Con todo lo cual se asienta la ignorancia de por vida. ¡Qué mayor pérdida es, si no, la capacidad de interés, de saber, de conocer, que es adonde conduce la curiosidad primitiva infantil!

        Seguid y observad a un niño desde que nace hasta su adolescencia y juventud. El comienzo de la vida es un despliegue de acción. Todo lo quiere tocar, ver, experimentar. Todo él es un torbellino. Siente curiosidad por todo, se apasiona por ello, irradia interés y vitalidad… Hacia los 4 años vemos con estupor como todo esto se va apagando. La escuela ya acaba con el interés, empieza la rutina y la desmotivación.

Inculcación de una ideología.- La represión del deseo de hacer, -que como hemos visto, anula la capacidad de ser, así como la capacidad de interesare por lo que pasa en el mundo, siembra y acrecienta la idea de una autoridad que es la que solo puede hacer. A la que los demás debemos obedecer. La educación se fragua en la familia. Los padres son en primer lugar los representantes de toda autoridad. Ellos son los que saben, los que imponen las normas, los castigos, el orden que se ha de seguir. El padre es por antonomasia el símbolo y la encarnación de la autoridad. Esto implica también que la sociedad sea fundamentalmente patriarcal y machista. La imagen del padre y de la autoridad  será proyectada después sobre todo aquél que tiene un poder, un saber, una riqueza: los padres, los mayores, el maestro, el médico, el cura, el patrón, el que tiene el dinero o el poder, los que gobiernan. El alcalde, el presidente de lo que sea. El ministro, el papa. Dios en último término como máximo representante de la autoridad. Todos ellos simbolizan el orden establecido. Solamente al conseguir alguno de esos rangos se puede llegar a mandar a los que están por debajo. –Estructura jerárquica- Esa ideología implica la obediencia al orden establecido como si ella fuera la ley de la vida.  Por un lado, a la vez que  se establece el temor a la autoridad, se establece también la admiración a esa autoridad. Temer y admirar. Temo al padre y le admiro por lo que vale y representa, levanto un mito. Le temo pero quiero llegar a ser como él. De modo que tenemos que prepararnos para ser como ellos. O para estar a su lado obedeciendo e implantado a la vez, su ordenamiento, porque estando a su lado puedo conseguir favores y beneficios, incluso llegar a dar nuestra vida si su ordenanza lo necesita. La iglesia o la patria es esa arcadia por la que todos, llegado el caso, hemos de sacrificarnos. Esa ideología o religión supone la implantación también de un esquema mental rígido, cuadriculado, estrecho,  de aquello que hemos de pensar e incluso de sentir. De tal modo que llegamos a no poder imaginar ni concebir algo distinto a lo establecido. La ideología y la religión nos ata, quedamos al servicio de una idea. Una idea y de una creencia contraria a nuestras necesidades naturales reales. Nos sacrificamos por el jefe y la ideología. Le amamos para que nos dé sus migajas.  Nos convertimos en sus esclavos. Y podemos llegar a matar o morir por defenderla. La ideología modifica la estructura psíquica de las personas, se reproduce y se convierte en una fuerza activa en contra de las necesidades reales –económicas y vitales- de las personas.


 Egocentrismo. Al no ser satisfechas las necesidades vitales más básicas, aquellas que nos realizan como seres humanos, desarrollamos la carencia más primigenia también: no somos nosotros, somos solo un simulacro de lo que pudiéramos haber sido. No somos independientes, no estamos autorrealizados.  Si el acto autónomo de hacer  nos empodera, ahora quedamos desempoderados, desrealizados, desposeídos. Un ser que no se ha hecho como ser no puede pensar en otros seres. No puede ser altruista. Es en el fondo un egoísta y un narcisista. Obedece al que tiene el poder pero no se preocupa de él más que en esa medida. Y a los demás, a los que no tienen el poder, intenta dominarlos, engañarlos, manipularlos. Su frustración, su no ser, su complejo de inferioridad se descarga contra los demás que puede, aquellos que son inferiores a él. A los demás se les ve como antagonistas contra los que hay que luchar. Piensa que el hombre es un lobo para el hombre y así ha de comportarse. Los demás son enemigos, contra los que hay que estar alerta y luchar. Ha de aprovecharse de los demás. Ha de subir en el escalafón a costa de los demás.


Luego, el esclavo ama al amo por que le han educado para ello. Mejor dicho, le han domesticado. En la base de todo está la represión de los impulsos vitales naturales, el de explorar el medio y conocerle a la vez que hacerse a sí mismo. Esto acarrea su frustración y desrealización como ser autónomo libre e independiente. Le hace desentenderse del mundo circundante y de los otros. Con lo cual pierde todo su interés por el mundo de donde se deriva la ignorancia, y se convierte en un individuo egoísta que solo ve a los demás como enemigos contendientes. Esto se refuerza con la inculcación de la ideología autoritaria implícita en la educación represiva autoritaria: la obediencia, el miedo, y la admiración a la autoridad. Implicando además un esquema mental rígido y cuadriculado incapaz de concebir otras formas de ser y de pensar. Esto viene reforzado a la vez con el cercenamiento de la exploración del entorno, del desinterés por el mundo, la implantación de la ignorancia, la falta de motivación por conocer, por  leer, por saber. 
Todo esto consolida la formación de ciudadanos peleles y marionetas, cuya única función en la vida es vivir para trabajar y obedecer. Aquí está ya sentado y sembrado todo el germen. 
Pero aun así, el poder despliega otros poderes para que en el transcurso se escapen los menos posibles, porque ese yugo impuesto desde la cuna puede romperse de muchas maneras. Para que esto no ocurra o se dé lo menos posible, resulta que el poder está detentado por sociópatas, gente sin escrúpulos,  sin ninguna empatía, que engañan, manipulan, mienten y roban. (Una o quizá la principal característica del sociópata es alcanzar el poder porque de esa manera cumple mejor sus necesidades de dominio y manipulación.) Gente que paradójicamente han sido también reprimidos en sus impulsos vitales primarios, pero que al contrario que la gente común han llegado a ocupar la autoridad,  porque la lucha que han desplegado para llegar arriba es mayor, disponen de más medios para ello, son más agresivos, son auténticos depredadores. 
En épocas pasadas imponían férreas dictaduras mientras que ahora han aprendido por sus manipulaciones a aparentar ser demócratas. Las leyes que imponen son más sofisticadas. Además de esto controlan los medios de comunicación, radio, televisión, prensa, etc. haciendo que estos medios solo digan las cosas que a ellos les interesan. Sin olvidar los programas estupidizantes.

 Aportaciones Bibliográficas
1.     Del acto al pensamiento – H. Wallon – Editorial Psique – Buenos Aires 1987
2.     La función del orgasmo – W Reich – Biblioteca de psicología profunda  - Editoral Paidos – Buenos Aires 1972
3.     Psicología de las masas del fascismo  - W Reich  - Editorial Ayuso – Madrid 1972







miércoles, 10 de junio de 2015

EGOCENTRISMO - EXCENTRISMO


EGOCENTRISMO – EXCENTRISMO


Equilibrio entre estar en sí – estar en el otro
-       Estar dentro y fuera
-       En el cuerpo y el espacio
-       En el Yo y en los Otros
-       En la persona y en la sociedad

Ambos campos son antagónicos y complementarios, no pueden ser uno sin otro

Lo mismo a nivel del cuerpo, -del Movimiento Orgánico- musculatura agonista y antagonista – equilibrio de fuerzas – equilibrio de flexibilidad


Hay que estar en el rol activo y en el rol pasivo y en ambos a la vez –

Es vital estar en el cuerpo y en la acción que se está realizando
En el cuerpo que sostiene y en la herramienta que se utiliza

Estar en sí y estar en el –con- el otro
-       En la conversación
-       En el amor
-       En la terapia
-       En la educación
-       En la enseñanza
-       En la compañía
-       En la ayuda
-       En la enfermedad
-       En la tristeza
-       En la alegría
-       En pareja
-       En grupo


Estar en el –con- el otro, sin dejar de estar en sí.

En las clases de Movimiento, hay que tener en cuenta estos aspectos.


En ejercicios de pareja o grupo, en que uno está con el otro/s, sin hacer nada o haciendo algo.


Sentir, percibir, tener conciencia del Yo, del espacio, de los otros
-       Llevar – dejarse – equilibrios – contrafuerzas – espejos – simetrías -

miércoles, 8 de abril de 2015

Visualización y corrección de la posición erguida




Contacto consigo mismo en la posición erguida. 
El arte de Estar de pie – Verticalidad

- Presencia corporal - Consciencia de sí mismo - presencia en el espacio - arraigo en la tierra - proyección hacia el cielo - Tono justo equilibrado -
 Joaquín Benito Vallejo

      En primer lugar vamos a realizar la visualización del conjunto del cuerpo, sin ánimo de corregir nada, aunque probablemente esta visualización ya nos induzca a corregir algún aspecto. 
Ahora solo observar, sentir, percibir. Estar en sí mismo en la posición de pie.

En segundo lugar, o en otro momento distinto, vamos a corregir además la postura según lo que entendemos por postura correcta erguida.

1.- Visualización de la postura  erguida. (Conexión o contacto corporal consciente consigo mismo.- Sentir la globalidad del cuerpo y cada parte dentro del conjunto - Verticalidad – arraigo en la tierra, proyección hacia el cielo – rectitud – equilibrio de fuerzas).

Observaremos con detalle la posición erguida de nuestro cuerpo (Es necesario hacerlo a menudo sobre todo al comenzar la clase de movimiento, o en otras situaciones o momentos cotidianos)

Verticalidad  desde los pies a la cabeza – simetría entre el  lado derecho y el izquierdo –  Distribución de la tensión -  zonas relajadas - apoyos de los pies, distribución del peso del cuerpo -  situación de cada zona, - 

Sentir el cuerpo en su integridad desde los pies a la cabeza. Sentir su verticalidad. Sentir la simetría corporal. ¿Sentimos igual un lado que el otro? ¿Sentimos diferencias? Dónde y cómo.

Se trata de sentir el conjunto del cuerpo en la posición en que se encuentra.  
Este sentir es lo que también llamamos “conexión consigo mismo” o “Contacto corporal consciente consigo mismo”. 
Esto es necesario hacerlo en diferentes posiciones como introducción a diversos trabajos con el objetivo de ir profundizando en la percepción corporal y establecer en todo momento la conexión consigo mismo, fundamental para el trabajo corporal que proponemos. Los objetivos son múltiples (3) (en otro apartado exponemos estos objetivos).

·         Vamos a hacer un recorrido del cuerpo por partes.

·         Sentimos los apoyos de los pies en el suelo, la huella que queda impresa. Sentimos cómo se distribuye el peso del cuerpo a lo largo de los pies. En qué parte de los pies recae más. Si se distribuye por igual entre los dos pies o no.

·         Desde los pies, sentimos las piernas hacia las rodillas y las caderas. ¿Están las rodillas flojas? ¿Estiradas?

Sentimos la pelvis. Articulaciones de las caderas (íngles) – pubis – tripa – ombligo – ilíacos / isquiones – nalgas – lumbares… ¿Está la pelvis inclinada hacia adelante? ¿Están las lumbares hundidas? (Podemos tocarnos esas zonas. El tacto nos ayudará a obtener mayor percepción. En otras ocasiones utilizaremos el tacto.) (-4-objetivos del tacto)

·         Desde las lumbares, tratamos de sentir la espalda y la columna hacia la nuca.  Ponemos atención especial en sentir los omóplatos y los hombros.  Desde los hombros vamos por el pecho hacia la tripa y volvemos.

·         Desde los hombros sentimos los brazos, manos y dedos… y volvemos de nuevo a los hombros. ¿Están sueltos los brazos colgando libremente desde los hombros?

·         Desde los hombros subimos por el cuello hacia la cabeza. Sentimos el volumen de ésta.

·          Y la cara: boca – labios – mejillas – frente – párpados – ojos…

·         Volvemos a hacer un repaso por todo el cuerpo y tratamos de tener una imagen íntegra de él.

·         Vamos de nuevo a revisar cada parte observando la tensión o la fuerza que hay en ellas. ¿Estamos relajados o en tensión? ¿En qué zonas sentimos más tensión y en cuáles menos.  ¿Hay algunas zonas completamente relajadas?

·         Sentimos ahora la respiración. Las zonas que se movilizan con ella. Si es sincopada, o lenta, Si las fases son iguale o distintas. Si hay pausas entre ellas.

·         Volvemos a una visión global. ¿Qué sensación global tenemos de nuestro cuerpo?


Esta visualización no ha de hacerse demasiado larga, al menos al principio. Posteriormente, día a día puede profundizarse en ella. La podemos abordar de diferentes maneras poniendo más  hincapié en unos aspectos y en otros, en unas partes o en otras.

A veces abordamos esta  visualización ayudados del tacto con cada zona concreta antes de iniciar un trabajo con ella.

2.- Corrección de la postura.  Revisaremos ahora la postura global y cada zona en particular estableciendo relaciones entre una y otras.


Posteriormente o en otros momentos distintos, visualizaremos la imagen del cuerpo con la intención de corregirla según lo que entendemos por postura correcta aplicando las leyes orgánicas del movimiento. Es conveniente hacer esto también ante un espejo para tener una mayor percepción a través de la información visual. La corrección postural implica el trabajo de todas las zonas corporales, por partes y en su globalidad. La buena postura, tanto a nivel estático como en desplazamiento, caminando, significa el equilibrio armónico de todo el cuerpo, sobre todo de los centros energéticos -pélvico y escapular-. Es una imagen ideal a la que hay que aspirar pero que quizá nunca se consiga del todo realmente. Es el Yo ideal respecto al cuerpo y al movimiento. Sin embargo, en esa postura ideal física, interviene también el aspecto emocional y psíquico. En el ser vivo y más aún humano no existe el aspecto físico independiente del psíquico, ambos están unidos y condicionados. Nuestro aspecto físico postural refleja nuestro estado de ánimo y nuestra forma de ser, más aún, es una consecuencia de él. Luego, además de equilibrar el cuerpo a niveles físicos musculares y tensionales habría que armonizar a la vez el entramado psíquico. Aunque nuestro trabajo se centre en el aspecto físico, al menos hay que tener en cuenta el otro aspecto, psíquico, y ser conscientes de ello.




Yendo por partes: visualicemos cada zona para después emprender los ejercicios adecuados  para su armonización.


·         Desde la pelvis –el centro de gravedad del cuerpo, de la postura y del movimiento- las piernas se prolongan rectas hacia el suelo.

·         Las rodillas han de esta ligeramente flojas como muelles vivos. El peso del cuerpo se reparte equitativamente entre ambos pies y desde talones a dedos. Los pies paralelos dirigidos hacia el frente separados a la misma distancia que las ingles (articulaciones de las caderas).

·         Desde la pelvis, la columna se prolonga hacia la cabeza con unas suaves curvaturas.

·         Los omóplatos deben estar paralelos a unos 7 centímetros de la columna. Empujemos con ellos hacia abajo y atrás. Los hombros bajos y hacia atrás también.

·         Los brazos colgando sueltos como cordones de algodón.

·         El pecho expandido.

·         Las clavículas, horizontales y simétricas lo más posible desde el esternón hasta los hombros en su unión –acromión- con los omóplatos.

·         El cuello largo con la barbilla baja, a cuatro dedos del pecho.

·         Las zonas frágiles más comunes son las lumbares y las cervicales.

Empecemos de nuevo.

.  Para el cuello y zona dorsal: estiremos desde la nuca hacia el cielo, y desde los hombros empujar hacia atrás y abajo hacia los pies. Pongamos intención en alargar y ensanchar la zona de la nuca de oreja a oreja, los hombros tirando hacia abajo. Los pies presionan el suelo marcando bien su huella.

·         Tripa y nalgas apretadas. Omóplatos bajos y cerca de la columna. Hombros y brazos empujando hacia el suelo. Nunca tirando hacia el cielo.

·         Sintamos las fuerzas opuestas actuando: pies hacia abajo – nuca hacia arriba. Nalgas hacia adelante – tripa hacia atrás. Dorsales hacia adentro hundidas  – pecho hacia afuera abierto amplio. Hombros abajo – nuca hacia arriba. Es la acción de fuerzas antagonistas, de fuerzas que se equilibran. El equilibrio es el resultado de fuerzas contrarias actuando a la vez y con la misma intensidad. El equilibrio de la musculatura agonista y antagonista. Entre pecho y espalda. Entre tripa y lumbares. Entre el arriba y el abajo. Entre el adelante y atrás. Entre la zona inferior y la superior. Entre los pies y la cabeza. Entre el coxis y la nuca.

·         En la simetría observemos si ambos pies miran igual hacia adelante. Si las rodillas están rectas en relación con los pies y las articulaciones de las caderas –ingles-. Si el lado izquierdo está a la misma altura que el derecho. La misma percepción en los ilíacos, y en los hombros. ¿Tiene alguna parte del cuerpo o en su conjunto alguna inclinación hacia uno u otro lado






·         En la verticalidad, con el objetivo de que el conjunto del cuerpo se halle dentro de esa vertical, utilizamos la imagen de estirar desde la coronilla hacia el cielo y desde los pies hacia el centro de la tierra como dos fuerzas que tiran en sentido contrario. De arriba abajo – de abajo a arriba.


·         A la vez, otro par de fuerzas también contrarias empujan de adelante a atrás y de atrás hacia adelante: omóplatos empujando de atrás adelante – tripa empujando de adelanta atrás. Mantengamos esas 4 fuerzas actuando.
  

            
         (Foto extraída del libro: Cómo dibujar la figura humana de J. Mª Parramón)