La contracción
como metáfora.
Joaquín Benito Vallejo
Todo
el cuerpo está lleno de energía. La energía que se necesita y utiliza para la
acción.
Todo
el cuerpo está inmerso de músculos. Se pueden localizar aisladamente y
entrelazados unos con otros formando un tapiz corporal. Se encuentran
internamente tejiendo las vísceras y externamente envolviendo los huesos.
Una
acción básica muscular y corporal es la contracción. Mediante ella la energía
queda concentrada, en un grupo muscular o en todo el cuerpo. Pero la
contracción es –debe ser- una parte o fase de la acción completa. La
contracción debe ser la preparación para la acción o el movimiento, donde la
segunda fase lógica es la expulsión de esa energía concentrada, convirtiéndose
en acción o movimiento.
Pero
a veces, muchas veces, no ocurre así. La energía se queda anclada en las
vísceras, en los músculos, en todo el cuerpo, sin convertirse en acción.
Suele suceder por inhibición o represión de emociones diversas, por no expresarse estas. La energía queda entonces reprimida, inexpresada, estancada.
Suele suceder por inhibición o represión de emociones diversas, por no expresarse estas. La energía queda entonces reprimida, inexpresada, estancada.
Contracción como retención, como
inhibición. Contraerse para no actuar, para no
moverse. Para no ser. Reprimir el impulso vital. Por miedo, por castigo,
por norma.
En
estos casos la contracción corporal se convierte en una metáfora. Es una metáfora
–real- del sufrimiento y del dolor.
La
contracción así es una retención. La energía retenida acabará quemando,
dañando, el cuerpo –y el alma-.
Puede
ser y significar una defensa, un acorazamiento. Puede ser un encierro, es un
bloqueo, una energía apresada, estancada. Una vitalidad que se vuelve opaca,
hermética, impermeable, que no respira. Una expresión congelada. Cerrados para
dar y para recibir. Cuerpos endurecidos como piedras para no sentir, para no
sufrir. Crispados, cristalizados, vidriosos, sumamente frágiles, que se harán
mil pedazos al chocarse, al caerse.
Su
energía vital no fluye, ha quedado empantanada, apresada. Cuando el muro se
rompa causará estragos.
La rotura a su vez puede ser, -es- una liberación.
Una liberación agreste, agresiva, de donde puede nacer un cauce, un fluir, un camino hacia apropiación del ser, hacia la creatividad, hacia la liberación.
La rotura a su vez puede ser, -es- una liberación.
Una liberación agreste, agresiva, de donde puede nacer un cauce, un fluir, un camino hacia apropiación del ser, hacia la creatividad, hacia la liberación.
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