El Arte de Caminar
Joaquín Benito Vallejo
Todos caminamos, pero… ¿Cómo caminamos?
El niño aprende a caminar hacia los 14 meses. Aprende él solo, no le enseña
nadie. Démonos cuenta de este detalle. APRENDE ÉL SOLO. Como todo en la vida lo
aprende únicamente uno mismo, sin que nadie se lo enseñe. Y LO APRENDE,
HACIÉNDOLO. Lo enseña la acción, la experiencia, la vivencia. –De la acción al pensamiento, Wallon- Después vienen los padres, los profesores,
los curas, los gobiernos, tratándonos de enseñar lo que tenemos que hacer. La
enseñanza y la educación lo único que han de hacer es estimular, no obligar a hacer
o impedir hacer.
El niño aprende a caminar porque nace con unas capacidades innatas para
ello, solo tiene que ponerlas en marcha. Y las pone en práctica él solo, sin
que nadie le estimule o le obligue a ello. Al contrario, se “lo pide el
cuerpo”. Es su propio desarrollo el que le conduce ahí de una manera placentera,
como no puede ser de otra manera, porque el caminar forma parte importantísima
del movimiento y éste es una necesidad vital, no solo del ser humano, sino de
todo ser vivo animado, animal.
Antes de llegar a caminar pasa por varios procesos que le conducen a la
meta. –Ontogénesis- Otra “mala
enseñanza” de los padres, es solo pretender y obligar a llegar a la meta, -el
caminar-, sin haber recorrido antes el camino, o el proceso que le llevará a
ella. El proceso es un desarrollo sensorial, perceptivo, de control postural,
de equilibrio, de coordinación, etc., como es voltearse, arrastrarse, gatear, levantarse, caerse,
equilibrarse, impulsarse…. De
fortalecimiento y colocación de las diversas zonas corporales. De empoderamiento personal.
Caminar erguido, manteniendo la verticalidad, propio del ser humano, es la consecución de
millones de años de la evolución de los organismos vivos. -Filogénesis- Consecución que va en
relación con otras adquisiciones humanas, depende de ellas y las favorece, por ejemplo, la utilización de las
manos como herramientas para ejercer todo tipo de acciones y la consiguiente amplitud
de la capacidad craneal y cerebral.
El caminar se corresponde con la adquisición de la verticalidad,
imprescindible. Ajustes neuromusculares, fortalecimiento de la musculatura
vertebral. La verticalidad implica el vencimiento de la gravedad, la adaptación
a ella mejor dicho. Estar de pie, estar sobre la tierra, enraizado y liviano, fuerte y
flexible. Con el tono justo, equilibrado, armónico. Caminar “bien” es una
armonía pura. Es un arte a la sensorialidad, la percepción, la contemplación… Pero ese arte conseguido en la
mayoría de los niños se va perdiendo con la adultez, como todo arte y
capacidad constreñido por la educación y el trabajo, por el dejar de ser uno
mismo como una losa que nos aplasta. El arte de caminar se vuelve una pesada
carga. La gravedad nos vence. El cuerpo es una pesadumbre. El movimiento un
escozor. ¿Podremos librarnos, “liberarnos”
de esta servidumbre?
Pongámonos a ello. Como “ejercicio” la acción de caminar es el más completo
que pueda concebirse. Se pone en marcha todo el entramado corporal
anatómico-fisiológico, huesos músculos articulaciones y órganos. Un movimiento
global de todo el cuerpo en equilibrio y coordinación de unas zonas con otras.
El caminar sensorial y consciente, relajado, desfrutando del paseo,
irradiando presencia y armonía es un arte. El arte del todo orgánico. Donde la
totalidad del cuerpo y cada una de sus partes en interrelación se comunican.
Vivenciaremos y analizaremos el
papel de cada zona por separado: pies – apoyos – traslado del peso – impulsos-
/ rodillas / caderas / pelvis / columna / omóplatos – brazos / cabeza /
respiración / Qué es lo que hace y debe
hacer cada zona / qué interrelaciones se producen / Qué coordinaciones – qué
contra movimientos – / Dé donde nace el movimiento – cómo se transmite – Las
sensaciones – percepciones – la consciencia – el disfrute de caminar–.
Un cuerpo es vida – más que fisiología –
en él se refleja el estado de ánimo – el estímulo para vivir – la forma como
caminamos refleja ese ánimo – la relación con la gravedad – la contención – el
tempo… pero la forma en que caminemos puede suscitar y modificar el estado de
ánimo. (La relación de las emociones con el caminar podemos dejarlo para otro
capítulo)
Foto del grupo Artesanato -Dirección Mercedes Ridocci- en la obra:
CIVITAS
No hay comentarios:
Publicar un comentario