VIVENCIA Y ESTRUCTURACIÓN ESPACIAL
Joaquín Benito Vallejo
(Ver: estructuración
espacial – Cuerpo, mente, comunicación pag.
134 y sig,)
Espacio y cuerpo son indisociables. Viven el uno del
otro. Se conforman mutuamente. El cuerpo ocupa un espacio determinado y el
cuerpo se mueve en otro espacio. El espacio de su acción, de su interrelación, de
su comunicación.
El espacio se configura mediante la acción y en relación
al cuerpo. El cuerpo es el centro de esa acción. La acción es el movimiento.
El cuerpo y el movimiento se dibujan en el espacio, se
esculpen, se diseñan, se coreografían, se musicalizan. El espacio queda así configurado,
habitado, sensorializado, disfrutado, sentimentalizado, imaginado, humanizado por
el movimiento.
Tanto la estructura corporal como el movimiento se han
conformado y desarrollado como una adaptación a desenvolverse del mejor modo posible
sobre una superficie sólida y un espacio aéreo. La tierra y el aire, -el cielo-.
Su control postural y su movimiento dependen de estos
dos elementos. La tierra significa la
fuerza gravitatoria que tira de nosotros hacia abajo, nos enraíza, es el
asiento que nos sostiene, nos da seguridad, nos mantiene en la realidad, nos
ata, nos limita. El cielo es la dirección hacia la que nuestra energía se
dirige para movernos, es la libertad, la ensoñación, el ideal. Cielo y tierra
en lucha y en acuerdo permanente.
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