lunes, 22 de abril de 2019

LA ACTITUD DEL PROFESOR La voz y el cuerpo


LA ACTITUD DEL PROFESOR
La voz y el cuerpo
Joaquín Benito Vallejo



LA VOZ - La forma en que se hacen las propuestas influye en el modo de vivirlas, sentirlas, experimentarlas y desarrollarlas. Es la cuestión de la forma y el contenido. La forma define el contenido. En una novela, en poesía, en teatro, en una película, etc., el contenido es fundamental, pero la forma en que se dice es lo que lo resalta o lo anula.
En las clases ocurre lo mismo. No es igual dar órdenes, que hacer propuestas, que hacer sugerencias. Son tres formas distintas. No es igual hablar en voz alta, que con voz suave, sugerente. No es igual utilizar una entonación y una actitud aséptica, neutra, estereotipada, mecánica, -como una máquina dispensadora de tabaco-, la actitud de dar las cosas por sabidas, y por tanto aburridas, etc., que una entonación amable, agradable, pausada, motivadora. La voz es una de las condiciones más importantes en la actitud del profesor al impartir las clases.

LA ACTITUD CORPORAL - Algo similar ocurre con la actitud corporal. No es lo mismo hacer las propuestas estando sentado que estando de pie. Si la actividad propuesta a los alumnos es para hacerla de pie, -o a la inversa- el profesor no puede hacer la propuesta desde otra posición diferente, es contradictoria, y al ser contradictoria se anula en sí misma. 
La actitud del profesor ha de estar en concordancia con la propuesta que se hace.  Puede estar sentado cuando observa un movimiento aunque los alumnos estén de pie o echados haciendo el ejercicio propuesto. Depende también de varios aspectos. Hacer un movimiento con los ojos cerrados o abiertos es distinto. Normalmente el alumno te imita en tu actitud, dejando en un segundo lugar lo que le estás diciendo. Por ello, es más importante, que él te vea con los ojos cerrados realizando un ejercicio o movimiento, a que le digas con los ojos abiertos, que haga el movimiento con los ojos cerrados. 
Otros ejemplos prácticos: observar cómo se hace la instrucción en el ejército, cómo se hace el trabajo corporal en un convento, en una secta, en la danza clásica, en Pilates, en fisioterapia. En taichí, en yoga…en flamenco, en tango,  en swing…. Cada disciplina tiene su forma de hablar y de comportarse
Y también cómo es el cuerpo del profesor que imparte la materia, qué se destaca en ese cuerpo, en el modo de vestir, además de en su comportamiento. 
El medio es el mensaje. Cómo digo una cosa condiciona lo que digo. Solo lo vivido de una manera afectiva y positiva queda más integrado. Las técnicas corporales en general no posibilitan ni favorecen la vivencia del movimiento. Hacen una enseñanza más mental, más racional, aunque estén utilizando el cuerpo. Se puede utilizar el cuerpo, realizar un movimiento, sin vivenciarlo, ni sentirlo, de un modo mecánico.
La voz y la actitud corporal y psíquica del profesor han de crear un entorno de atención para poder sentir. 
También el entorno se crea con el espacio, por medio de la luz, la música, etc., pero es secundario respecto a la voz y a la actitud del profesor. 
Voz, tranquila, sugerente, poética diría incluso –como hace Mercedes Ridocci en  las clases de Expresión Corporal - Danza Creativa, con imágenes, con metáforas… Lo cual tampoco tiene que llevar a seducir, como sinónimo de engañar

(Didier-Anzieu – la calidad de la voz del profesor o terapéuta tiene más efecto que el contenido de lo que dice –la forma hace al fondo- el acento dulce, calmado, tranquilizador, sugerente,.. es introyectado, mientras que las palabras se dejan de lado)


EL AMBIENTE - Hay que crear un ambiente propicio desde el principio, de seriedad, de atención, de concentración. Y darle una intriga como la que necesita una película o una novela. Y un ritmo propicio, introducción, nudo y desenlace. Ese ambiente lo proporciona fundamentalmente, la actitud del profesor, estando dentro y fuera a la vez, viviendo lo que están realizando los alumnos y observando para introducir nuevas pautas y sugerencias.
Con toda la atención puesta en lo que se está haciendo, vigilante y atento. Sin manifestar desparpajo. Exponiendo las consignas claras, concisas, motivadoras, firmes, sugerentes, profundas… 
Pero, sin abusar de las consignas, sin ser atosigante, sin estar siempre hablando.  Con la voz en un segundo término, pero sugerente y convincente. Con tranquilidad. Decir las propuestas pausadamente. Con seguridad, sin inquietud, sin precipitación. Mostrando los ejercicios necesarios adecuadamente, con todo detalle, poco a poco, a veces unos detalles, a veces, otros. No ha de darse todo de una vez, no hemos de querer siempre mostrar todo lo que sabemos. No.

EN SINTESIS - Voz suave, sugerente, relajante, delicada, convincente.
La postura debe ser el reflejo de la buena postura. No espatarrarse, no dejar caer la pelvis. No dar la imagen de abandono, de dejadez, de desmadejamiento, sin zascandilear de un sitio para otro, sin meter las manos en los bolsillos, sin rascarse, sin estar colocándose la ropa, o él mismo, continuamente.
Estar presente, sin acapararlo todo.
Llevar la ropa adecuada que remarque la buena postura. Que no disperse. Ser serio y amable.
Estar alerta y atento, a cada uno, dando la atención y el tiempo necesarios.
El buen ambiente también lo da la propia seguridad.

No estar más preocupado por hablar que por ver lo que se hace.

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